Cuando Italia se vio afectada por la epidemia de coronavirus (Covid-19), el Ocean Viking, el barco de búsqueda y rescate que gestionamos con SOS Méditerranée, fue puesto en cuarentena tras desembarcado a las 276 personas rescatadas en el mar en los días anteriores.
El navío ha cumplido con todas las medidas y lleva anclado frente a Pozzallo cinco días. Cada vez resulta más evidente que estas medidas de cuarentena se aplican de manera discriminatoria solo a embarcaciones de búsqueda y salvamento.
En palabras de Michael Fark, nuestro coordinador general para el Mediterráneo y Libia:
“Poner en cuarentena el Ocean Viking es equivalente a detener una ambulancia en medio de una emergencia. Se trata de una acción discriminatoria: los únicos buques que se han puesto en cuarentena son aquellos que realizan rescates.
En las últimas 48 horas, hemos recibido reportes de embarcaciones en peligro en el Mediterráneo central. Estamos profundamente preocupados por el destino de las personas que van en ellas.
Aunque hemos cumplido plenamente con las medidas preventivas, en la actualidad no tenemos ninguna razón para sospechar que alguno de los tripulantes a bordo haya contraído o haya estado expuesto al virus.
Siguiendo la solicitud de las autoridades italianas, nuestro equipo médico está comprobando e informando de la temperatura y el estado de salud de toda la tripulación dos veces al día.
A medida que el conflicto en Libia empeora, los migrantes y refugiados atrapados en el país narran que no les queda otra opción que poner en riesgo sus vidas para escapar del país a través del Mediterráneo.
El Ocean Viking debe regresar al mar de manera urgente para rescatar a hombres, mujeres y niños y evitar la pérdida de vidas.
Las preocupaciones legítimas de salud pública planteadas para hacer frente al Covid-19 no pueden ser una justificación para obstaculizar los rescates. Tanto en tierra como en mar, la prioridad es salvar vidas.”