La malaria o paludismo es con creces la primera causa de morbilidad constatada en las estructuras de salud de Médicos Sin Fronteras (MSF) en RCA. En 2011, los equipos de la organización trataron a más de 212.000 personas con esta enfermedad. El paludismo también es responsable de un gran número de muertes: en los hospitales, es la primera causa de mortalidad entre los pacientes ingresados.
Un pequeño número de los casos reales se declaran y tratan. Por este motivo el principal desafío es ampliar el acceso a diagnóstico y tratamiento, mediante la descentralización de la atención hacia los centros de salud primaria y los trabajadores médicos comunitarios, y a través de la disponibilidad regular de terapias combinadas con artemisinina (TCA) y de pruebas rápidas de diagnóstico en los centros y puestos de salud.
El país ha implementado una política de gratuidad del tratamiento de la malaria para niños menores de 5 años, pero el sistema no funciona a causa de la escasez de medicamentos esenciales, los problemas logísticos y las medidas disuasorias. Así pues, el acceso gratuito a la atención y tratamiento del paludismo está lejos de ser una realidad.
El alcance y la eficacia de los programas de distribución de mosquiteras a largo plazo también deben mejorar: aunque se ha distribuido un gran número de mosquiteras estos últimos años, esto no parece haber reducido la transmisión de la enfermedad de forma significativa.
Las estrategias para combatir la enfermedad son tanto más difíciles de poner en práctica por el hecho de que una parte del país siga siendo escenario de enfrentamientos armados. Jeff Mutombo, coordinador médico de MSF en República Centroafricana, nos habla de las consecuencias de esta inestabilidad.
Nuestros equipos en Kabo y en Batangafo han observado un aumento importante de los casos de paludismo este año. ¿Podrías explicarnos cómo contribuye a ello el conflicto en esta región del norte del país?
El conflicto en esta región comporta desplazamientos de población cuyas aldeas han quedado reducidas a cenizas y han sido objeto de repetidos saqueos. En torno a nuestros proyectos de Kabo y Batangafo a día de hoy hay unas 12.000 personas desplazadas. Estas poblaciones no tienen cobijo y se encuentran sin ningún medio de protección contra la picadura de los mosquitos, lo que explica el aumento de casos de paludismo.
¿Tienen estas poblaciones acceso a diagnóstico y tratamiento de la malaria?
Cuando estalla la violencia, la población, que teme la inseguridad en las carreteras, suele esconderse en el monte antes de buscar refugio en una aldea. Durante el tiempo que estas personas permanecen escondidas, el acceso a servicios de salud es difícil. Una vez se han instalado en una aldea, generalmente tienen acceso a diagnóstico y tratamiento en nuestras estructuras de salud (puesto de salud u hospital) de la región. Cuando las condiciones de seguridad lo permiten, nuestros equipos organizan también clínicas móviles para llegar hasta las poblaciones en zonas aisladas.
¿Disponen de medios de prevención como mosquiteras para protegerse?
La violencia casi siempre va acompañada de saqueos durante los cuales aldeas y campamentos quedan reducidos a cenizas, y sus habitantes pierden todos sus bienes, incluidas las mosquiteras.
En el hospital de MSF se observa un aumento de las formas severas de paludismo. ¿Se debe al conflicto y a la falta de acceso a servicios de salud?
Sí, efectivamente. Al no estar protegida y tras haber pasado muchos días en el bosque, esta población llega al hospital con formas severas de malaria. Esto explica el retraso entre el inicio de la infección y el momento en que acuden a la consulta, ya que no pueden desplazarse fácilmente debido a la inseguridad en las carreteras.
¿Cómo responde Médicos Sin Fronteras?
MSF sigue ofreciendo asistencia en sus diferentes estructuras de salud y también a través de clínicas móviles. Nos apoyamos también en agentes de salud comunitarios que sensibilizan a las comunidades y nos refieren los casos sospechosos de malaria. Para las poblaciones desplazadas, cuando la situación de seguridad lo permite, hacemos distribuciones de artículos de primera necesidad entre los que se incluyen mosquiteras.