Después de que el pasado día 11 se confirmara un caso de Ébola en la capital de Malí, Bamako, Médicos Sin Fronteras reforzó sus equipos y amplió sus actividades para intentar que la epidemia no sigua propagándose.
Una rápida y coordinada respuesta es fundamental para detener cualquier epidemia, especialmente en los primeros días después de que se registre un nuevo caso. Hasta ahora se han registrado seis muertes en Malí durante la epidemia, cuatro de pacientes confirmados de Ébola y otros dos casos sospechosos. Estas cifras no incluyen el primer caso, el de una niña de dos años que viajó de Guinea a la ciudad maliense de Kayes.
El paciente que estaba siendo tratado en el centro de MSF murió hoy. Otro paciente sospechoso de tener Ébola está ingresado en la instalación, que MSF gestiona en colaboración con el Centro Nacional contra las Enfermedades de Malí (CNAM, siglas en francés).
MSF está formando a personal maliense del CNAM para tratar a pacientes de Ébola y está supervisando el sistema de ambulancias para transportar pacientes y la organización de funerales seguros.
Mientras, un equipo de MSF está planeando viajar a la frontera con Guinea, donde se registraron casos, para evaluar las necesidades sobre el terreno.
Las actividades de MSF en Bamako se ampliaron la semana pasada con un equipo que llegó de Kayes, donde se registró el primer caso de Ébola en Malí.
