Médicos Sin Fronteras (MSF) llama a las partes en conflicto a autorizar el acceso de equipos humanitarios a la zona de Konna, que permanece sellada por el ejército maliense.
Desde el día 14, MSF ha estado en contacto con las autoridades civiles y militares de Francia y Malí para conseguir enviar equipos médicos a Konna, en el centro del país africano. Hasta el momento, todos los accesos por carretera a esta zona están bloqueados por las tropas malienses.
Pese a nuestras continuas peticiones, las autoridades continúan negándose a permitirnos entrar en la zona de Konna, lamenta Malik Allaouna, coordinador de las operaciones de MSF en Malí, quien subraya: Es importante que la ayuda humanitaria imparcial y neutral sea tolerada en las áreas afectadas por los combates. Llamamos a las partes en conflicto a que respeten tanto a las poblaciones civiles como el trabajo de las organizaciones humanitarias.
MSF quiere enviar equipos médicos a esta zona para evaluar las necesidades de los malienses y ofrecer asistencia humanitaria.
Llevamos varios meses trabajando en las áreas controladas por el Ejército y por grupos armados en el norte del país, recuerda Allaouna. Pero desde que las fuerzas malienses y francesas iniciaron su ofensiva, no hemos podido cruzar las líneas del frente de batalla pese a nuestra neutralidad. Regiones enteras se están quedando ahora sin ayuda exterior, lamenta el coordinador.
Pese a todo, las actividades de MSF siguen en las regiones de Mopti, Tombuctú y Gao. En Douentza, donde un equipo de MSF ha estado bloqueado durante varios días, los pacientes han empezado de nuevo acudir al centro de salud en el que trabaja la organización humanitaria.
MSF tiene en Malí unos 450 trabajadores nacionales y 50 internacionales. La organización también trabaja en el tercio sureño del país con un programa nutricional en la región de Koutiala, y ayuda a los refugiados malienses en las vecinas Burkina Faso, Mauritania y Níger.