MSF advierte en un informe sobre el precario sistema de salud y el colapso de las infraestructuras en el país. Además, la organización quiere resaltar las dificultades con las que se encuentra para proporcionar ayuda humanitaria por las restricciones del gobierno.
La crisis humanitaria de Zimbabwe continúa deteriorándose rápidamente y causando tremendos sufrimientos a la población, advierte Médicos Sin Fronteras (MSF). Los equipos médicos de la organización médico humanitaria han tratado a casi 45.000 personas afectadas de cólera (aproximadamente el 75% del número total de casos en la epidemia que afecta actualmente al país) y la crisis está aún lejos de finalizar.
La magnitud de esta epidemia es una manifestación más del desastroso estado en el que se encuentra el sistema de salud pública en Zimbabwe y del colapso de su infraestructura, tal y como explica MSF en el informe que se publica hoy Más allá del cólera: Zimbabwe, una crisis que se agrava. Muchos centros de atención médica han cerrado o simplemente ya no funcionan y otros cobran precios exorbitantes en moneda extranjera. Todo ello está provocando que el acceso a la salud sea imposible para la mayoría de zimbabwenses.
MSF pide al gobierno de Zimbabwe que elimine los obstáculos, que facilite una evaluación independiente de las necesidades y que permita proporcionar una asistencia humanitaria y médica que es completamente necesaria. La organización también pide a la comunidad internacional que respete la distinción entre objetivos políticos y el imperativo humanitario, para poder asegurar que los zimbabwenses reciben la asistencia que necesitan urgentemente.
Colapso del sistema de salud
MSF ha tenido que responder de manera masiva a la epidemia de cólera, ya que las estructuras de salud locales no podían afrontar la situación. Ha habido un colapso devastador del sistema de salud de Zimbabwe, que no sólo afecta a los pacientes de cólera, afirma Manuel López Iglesias, coordinador general de MSF en Zimbabwe. Los hospitales públicos están rechazando a gente, los centros de salud se están quedando sin suministros ni equipamiento, hay una inmensa falta de personal médico, los pacientes no pueden permitirse el transporte para ir a buscar su medicación o para recibir tratamiento contra el VIH/SIDA y muchas de nuestras clínicas están desbordadas. Por lo que estamos viendo a diario, no puede estar más claro que esto es una emergencia médica de enormes proporciones, que se está disparando y que se está quedando fuera de control».
La crisis política de Zimbabwe y el desmoronamiento económico han llevado a que al día de hoy el acceso a la asistencia médica pública sea irrisorio; a que las infraestructuras estén colapsadas; a que haya una epidemia aplastante de SIDA; a una continua espiral de violencia política; a una falta de comida acuciante, al aumento de la desnutrición; al desplazamiento interno de la población y a la búsqueda de refugios en los países vecinos.
Sin ir más lejos, se estima que tres millones de zimbabwenses han tenido que buscar refugio en Sudáfrica, el mayor éxodo desde un país que no sufre un conflicto.
Restricciones y retrasos
En Zimbabwe, pese a que la crisis humanitaria es evidente, MSF se enfrenta a menudo con restricciones y retrasos impuestos externamente para hacer su trabajo. Y para terminar de complicar las cosas, hay una falta clara de una respuesta internacional fuerte y coordinada ante la emergencia humanitaria actual.
Christophe Fournier, presidente internacional de MSF, afirma: «La situación en Zimbabwe está causando un sufrimiento imperdonable. Se deben tomar medidas urgentes para asegurar que los zimbabwenses tengan acceso sin dificultades a la asistencia humanitaria que tanto necesitan. El gobierno de Zimbabwe debe garantizar que las agencias de ayuda puedan trabajar donde se identifiquen necesidades y debe disminuir las restricciones burocráticas para que el personal médico pueda trabajar y haya disponibilidad de las medicinas necesarias». Fournier añadió que «los gobiernos y las agencias internacionales deben reconocer la severidad de la crisis y asegurarse de que la asistencia humanitaria sea independiente y de que se mantenga siempre diferenciada de los procesos políticos. Sus políticas para Zimbabwe no deben afectar ni interferir en el imperativo humanitario, ya que tiene que asegurarse que los niños desnutridos, las víctimas de la violencia y las personas con VIH/SIDA u otras enfermedades tendrán acceso sin dificultades a la asistencia que necesitan para sobrevivir.
MSF en Zimbabwe
MSF lleva trabajando en Zimbabwe desde el año 2000 y proporcionando asistencia médica a los zimbabwenses que huyen a Sudáfrica desde 2007. Desde el principio de la epidemia de cólera, en agosto 2008, MSF ha tratado a 45.000 pacientes. MSF también ofrece cuidados médicos a más de 40.000 pacientes con VIH/SIDA (incluyendo a 26.000 que están recibiendo antirretrovirales) y ofrece tratamiento a los niños desnutridos severos.