Un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) se encuentra desplegado en Chalchihuitán para reforzar la atención médica que los cerca de mil desplazados que todavía se encuentran en la zona están recibiendo por parte de Secretaría de Salud y otros organismos de ayuda. El equipo, de ocho profesionales, realiza consultas de atención primaria de salud (atención médica y psicológica) y planea permanecer en la zona un mínimo de dos semanas, con la posibilidad de evaluar las condiciones en las que se encuentran en los desplazados que ya regresaron a sus casas a finales de diciembre.
“En nuestras consultas nos hemos encontrado conenfermedades que más que producto de desplazamiento son consecuencia de condiciones de vida muy difíciles y enfermedades crónicas: hipertensión, insuficiencia cardíaca y/o problemas pulmonares, pacientes que no habían sido captados previamente por el sistema de salud”, explica Miriam de León, coordinadora médico de MSF en México, que ha estado presente en la zona de Chalchihuitán, “estamos hablando de una de las áreas más pobres del país, una pobreza tremenda, evidente en este caso y precisamente por eso es escandaloso que existan pacientes que no estén adecuadamente integrados en el sistema de salud público. Faltan centros de salud para el acceso continuado de los enfermos y que se establezcan programas de salud, principalmente de salud sexual y reproductiva y de control de crecimiento de los menores, con una vacunación completa. Los pacientes crónicos deben ser tratados y atendidos, con seguimiento adecuado”, añade de León
El equipo, que visita la zona por segunda vez desde diciembre, trabaja en diversas comunidades del municipio, -de unos 17.000 habitantes-, en la que se han instalado los desplazados que salieron huyendo de sus casas después de los últimos incidentes de seguridad del final de octubre del 2017 donde fue asesinado un residente de Canalumtic. Un buen número de desplazados (alrededor de 4.000) han iniciado el retorno a sus casas, a pesar del temor de nuevos enfrentamiento por la tenencia de tierras y en parte obligados por el riesgo de que sus cosechas -mínimas- de café o maíz se pierdan.
En total y por el momento, el equipo de MSF asiste a nueve comunidades, involucradas en el desplazamiento provocado por cuestiones territoriales, cuyo origen remonta al año 1973 cuando la antigua Reforma Agraria trazó unos límites que cambiaron los históricos marcados por el río que divide ambas comunidades de Chalchihuitan y de Chenalhó. El conflicto, al que ha contribuido la falta de claridad por parte de las autoridades, sigue sin resolverse ya que las comunidades se encuentran en desacuerdo con esta división.
Una de las cuestiones que preocupa al equipo es la necesidad de un acompañamiento psicosocial a la población que en estos momentos no está siendo cubierta por ninguna organización, “la vulnerabilidad emocional en la que se encuentran es evidente, hay que poner en marcha mecanismos que les ayuden a fortalecerse y disminuyan los niveles de sufrimiento emocional, agudizados por las amenazas y las condiciones de vida empeoradas por el desplazamiento”, explica la coordinadora.
En esta segunda visita, el equipo permanecerá en la zona durante un mínimo de dos semanas tras las cuales se evaluará si es necesario mantener las actividades médicas, dependiendo de la situación y de la evolución de la crisis.