Los niños y niñas menores de 15 años son particularmente vulnerables al contexto de violencia que afecta desde hace más de una década a la población que vive en la ciudad de Acapulco, en la que trabajamos desde 2014. Por ello, recalcamos la necesidad de implementar estrategias que contribuyan a garantizar atención médica y psicológica a los menores que han sufrido un abuso sexual, además de visibilizar la importancia de atender esta problemática.
Por medio de un acuerdo de colaboración con la Secretaria de Salud de Guerrero, brindamos atención médica y psicológica a todos los sobrevivientes de violencia sexual, incluidos los niños y niñas menores de 15 años; así como a la población masculina de todas las edades, independientemente del tiempo que haya transcurrido después de una agresión.
“Luego de dos años de atender a sobrevivientes de violencia sexual en Acapulco, nos dimos cuenta de que la barrera más grande para que los sobrevivientes acudan a recibir atención médica es el desconocimiento tanto del riesgo físico como psicológico que corren si no reciben atención médica integral inmediata. A menudo nos encontramos casos en los que las víctimas acuden tarde a recibir un tratamiento debido a la falta de información, desconfianza, estigmatización, entre otros motivos, lo cual puede tener un impacto directo en la salud de los pacientes”, explica Toro, el responsable del proyecto.
Para responder a esto, creamos una nueva estrategia de comunicación de SIVIS, SANAR ES POSIBLE. Esta se va a centrar en hacer que los sobrevivientes de violencia sexual lleguen a los servicios médicos y psicológicos que ofrece el Hospital Renacimiento y C.A.A.P.S, a través del servicio de mensajería de Facebook y, como novedad, mediante la aplicación de Whatsapp.
Estos medios, además de promover la gratuidad y confidencialidad del servicio, nos permitirán establecer una comunicación online directa con los sobrevivientes y en el caso de los menores con sus padres, profesores y familiares con el objetivo de brindarles información detallada de manera privada y de calidad, que construya la confianza necesaria para que todas las víctimas acudan a recibir la atención oportuna.
«Queremos recalcar también que este servicio está dirigido a toda la población, hombres, mujeres, niños y niñas. Todos los sobrevivientes de violencia sexual necesitan sentirse seguros para emprender el camino a la reconstrucción física y emocional que tienen por delante.»