El 20 de marzo se cumplirá un año de la entrada en vigor del Acuerdo UE-Turquía. Médicos Sin Fronteras (MSF) publica hoy el informe «Un año del acuerdo UE-Turquía: cuestionando los hechos alternativos de la UE», mediante le cual expone el costo humano de los fracasos de las políticas europeas en Grecia y en los Balcanes.
En este sentido, MSF solicita a la UE y a los líderes de los Estados miembros a que modifiquen radicalmente su enfoque migratorio y pongan fin al innecesario sufrimiento de miles de personas atrapadas en las consecuencias del acuerdo.
El Consejo Europeo afirmó que el acuerdo, que premia a Turquía por «detener el flujo» de migrantes y refugiados y acepta a los que son de devueltos forzosamente desde las costas griegas, ofrecería a los «migrantes una alternativa a arriesgar sus vidas». Un año después, hombres, mujeres, niños y niñas, están atrapados en zonas inseguras fuera de Europa de las que no pueden huir. Como consecuencia del acuerdo, se ven obligadas a utilizar rutas más peligrosas de la mano de traficantes para llegar a Europa o quedan atrapadas en ‘hotspots’ (centros de registro de refugiados y migrantes) hacinados en las islas griegas.
“El acuerdo está teniendo un impacto directo en la salud de nuestros pacientes, y muchos son, cada vez, más vulnerables«, afirma Jayne Grimes, psicóloga de MSF en Samos. «Estas personas han huido de la violencia extrema, la tortura y la guerra y han sobrevivido a viajes extremadamente peligrosos. Aquí y hoy, su ansiedad y depresión se agrava por la falta de información sobre su situación jurídica y sus malas condiciones de vida. Están perdiendo la esperanza de encontrar un futuro mejor y más seguro que aquel que dejaron atrás. A menudo veo gente que piensa en el suicidio o en la auto-mutilación”.
Según el informe hecho público hoy, los psicólogos de MSF en Lesbos han visto como el porcentaje de pacientes que presentan síntomas de ansiedad y depresión se ha multiplicado por 2,5. En el caso de pacientes con trastorno de estrés postraumático, el porcentaje se ha triplicado. Los síntomas de psicosis también han aumentado, lo que coincide con el hecho de que los equipos estén viendo más pacientes con traumatismos graves y más casos de automutilación e intentos de suicidio. En los últimos meses, en las casi 300 consultas de salud mental que los equipos de MSF han llevado a cabo en Samos, han comprobado un deterioro similar y una escalada en los intentos de automutilación y suicidio.
En Serbia y Hungría, los equipos de MSF han sido testigos de un aumento de los pacientes con traumatismos relacionados, según su testimonio, con la violencia que experimentan desde el cierre de la ruta de los Balcanes unos días antes del acuerdo UE-Turquía.
«Los líderes europeos siguen creyendo que la construcción de vallas y el castigo a quienes todavía tratan de cruzarlas disuadirán a otros de huir para poner a salvo sus vidas«, manifiesta Aurelie Ponthieu, asesora Humanitaria de MSF sobre Desplazamiento. «Todos los días tratamos las heridas, tanto físicas como psicológicas, infligidas por estas políticas de disuasión. Estas medidas han demostrado ser inhumanas e inaceptables”, añade Ponthieu.
MSF renunció a los fondos públicos de la Unión Europea y sus estados miembros en protesta por su dañina política migratoria. La organización médico-humanitaria reitera que las únicas soluciones humanas para poner fin a la muerte y al sufrimiento en las fronteras, tanto terrestres como marítimas, de Europa son el pleno respeto del derecho a solicitar asilo, la apertura de alternativas seguras y legales para que las personas se trasladen, el reasentamiento, la reubicación, los visados humanitarios y la reunificación familiar, así como las visas de trabajo y de estudio.
MSF en Grecia y en los Balcanes
MSF presta asistencia médica y humanitaria a solicitantes de asilo y migrantes en Grecia desde 1996. En 2015, lanzó una respuesta de emergencia cuando miles de personas comenzaron a llegar cada día a las islas griegas desde Turquía con el objetivo de atravesar los Balcanes para llegar al norte de Europa. En la actualidad, los equipos de MSF trabajan en más de 20 localidades de toda Grecia y se centran, principalmente, en el ámbito de la salud mental, la salud sexual y reproductiva y el tratamiento a pacientes con patologías crónicas.
El año pasado, los equipos médicos de MSF en Grecia llevaron a cabo 72.740 consultas de salud, incluyendo: 8.207 consultas de salud mental, 3.195 de salud sexual y reproductiva, 61.338 consultas médicas. Los programas de MSF cubren atención primaria de salud, fisioterapia y tratamiento de enfermedades crónicas entre otros servicios de salud.
MSF trabaja en Serbia desde finales de 2014. Los programas incluyen la prestación de atención médica y de salud mental, la instalación de refugios y servicios de agua y saneamiento en los lugares donde entran y salen del país y en la propia capital, Belgrado. Desde principios de 2016, MSF cuenta con una clínica y un dispositivo de atención móvil en Belgrado que brindan atención médica general y cuidados en salud mental. A lo largo de 2016, los equipos de MSF han distribuido bienes de primera necesidad y han ejercido presión para que las personas vulnerables varadas en Serbia tengan un mayor acceso a la asistencia sanitaria y a un alojamiento y protección adecuados.
Informe completo disponible (en inglés) en: https://www.msf.org.ar/actualidad/publicaciones