Desde Médicos Sin Fronteras le damos la bienvenida a la decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de incluir las mordeduras de serpiente en su lista de Enfermedades Tropicales Desatendidas (NTD, por sus siglas en inglés).
A pesar de que se calcula que las mordeduras de serpiente matan a más de 100,000 personas cada año -más que cualquier otra enfermedad en la lista- apenas existen recursos para prevenirla y tratarla, con un acceso muy limitado a las terapias con antídotos que pueden salvar vidas.
«Esta es una oportunidad para finalmente ponernos serios en la lucha contra las mordeduras de serpiente», dijo Julien Potet, asesor de políticas sobre Enfermedades Tropicales Desatendidas de la Campaña de Acceso de Médicos Sin Fronteras.
El suministro de antídotos sigue siendo un problema en los países más afectados. En algunos casos, productos cuya ineficacia ha sido probada, todavía se están comercializando. En otros, antídotos eficaces como el Fav-Afrique de Sanofi -considerado por los expertos como un producto muy eficaz contra muchas especies de serpientes africanas- no se fabrican más (Sanofi decidió abandonar la producción de Fav-Afrique en 2014 y los últimos lotes ahora han caducado). La OMS ha comenzado a evaluar los diferentes productos existentes, con el fin de ayudar a los países a seleccionar antídotos de calidad que actúen contra las mordeduras de las especies de serpientes locales y que sean seguros de administrar.
Tratamos a más de 2,000 víctimas de mordeduras de serpiente cada año en todo el mundo, en sus proyectos en países como República Centroafricana, Etiopía, Sudán del Sur y el Oriente Medio. Si bien proporcionamos el tratamiento gratuito en nuestras instalaciones, el precio de un tratamiento cuando se paga del bolsillo de los pacientes, usualmente puede superar los US$100 dólares, lo que lo hace prácticamente inaccesible en entornos rurales de bajos recursos, donde vive la mayoría de las personas en riesgo.
Además de los problemas relacionados con el suministro de antídotos, la lucha contra las mordeduras de serpiente está plagada de desafíos adicionales como: la falta de pruebas diagnósticas adecuadas para la identificación mejorada de las especies de serpientes, la ausencia de capacitación sistemática y de orientación clínica para el personal médico, y una escasa comprensión del número real y la distribución de los casos.
«Esperamos ahora que los donantes y los gobiernos tomen medidas concretas para reforzar la formación y orientación del personal médico sobre el envenenamiento de mordeduras de serpientes, identificar mejor las areas de riesgo en las que persisten muchas necesidades no cubiertas, cubrir algunos de los costos del tratamiento, fortalecer la capacidad de la OMS para evaluar la calidad de los antídotos y apoyar el desarrollo de nuevas mejores herramientas», dijo Potet.