Con el objetivo de incrementar la capacidad de los pescadores tunecinos para realizar rescates marítimos, Médicos Sin Fronteras (MSF) llevó a cabo un entrenamiento de 6 días con 116 pescadores tunecinos en la ciudad de Zarzis. MSF también está entrenando a los integrantes de la Media Luna Roja en Libia y Túnez, el Servicio de Protección Civil Tunecina y la Guardia Nacional Tunecina sobre cómo tratar los cadáveres y cómo recibir a la gente rescatada que es llevada a la costa.
El 27 de agosto, 200 personas se ahogaron cuando un bote de madera se volcó frente a las costas de Zuwara, Libia. La Media Luna Roja Libia, que había recibido recientemente entrenamiento por parte de MSF sobre manejo de cadáveres, se encargó de los cuerpos mientras que MSF brindaba materiales para controlar las infecciones. Otro bote, que llevaba a 130 personas, fue rescatado el 30 de agosto por pescadores tunecinos que también habían recibido entrenamiento para realizar operaciones de rescate por parte de MSF. Las 130 personas fueron llevadas por los pescadores a Zarzis, en donde recibieron atención médica por parte de MSF.
“Realizar el rescate de un bote que se hunde y está totalmente lleno de personas desesperadas que no pueden nadar conlleva una gran cantidad de riesgos, es una operación peligrosa” dice Wiet Vandormael, coordinador de los entrenamientos de MSF.
“Los cuerpos de las desafortunadas personas que murieron en el mar deben ser atendidos con dignidad y sin poner en peligro la salud de las personas en las comunidades.
A través del intercambio de experiencias entre MSF y los tunecinos y libios involucrados, estamos incrementando la capacidad para ayudar a la gente en peligro y manejar las desastrosas consecuencias. Estoy totalmente conmovido por la motivación de los pescadores y las difíciles situaciones a las que se están enfrentando.”
Durante años, los pescadores tunecinos se han encontrado con botes de migrantes en situaciones de peligro y han salvado vidas rescatando a personas y subiéndolas a sus botes pesqueros. La mayoría de la gente entrenada por MSF son pescadores que navegan botes pequeños con una tripulación igualmente pequeña; aunque algunos navegan botes más grandes, de unos 40 metros de largo, y pasan varios días en mar abierto.
El entrenamiento ha familiarizado a los pescadores con todos los pasos que son necesarios en una operación de rescate. Se les ha enseñado cómo comunicarse con la gente de a bordo, además de informarles cómo contactar al Centro de Coordinación de Rescates Marinos en Italia para pedir ayuda adicional. También se les ha dado (y se les ha enseñado cómo usar) el equipamiento adecuado de rescate y seguridad como chalecos salvavidas, ropa y materiales protectores; además de ser instruidos en cómo prevenir el contacto con líquidos corporales.
“En una ocasión encontramos un pequeño bote lleno de gente que ya estaba hundiéndose”, dice Yanes Bechiryanes, un mecánico a bordo de un barco pesquero de Zarzis. “No podíamos dejarlos en esa situación y pedimos la ayuda de otros dos barcos pesqueros con los que trabajamos. Rescatamos y distribuimos a la gente entre los tres botes. Estaban muy, muy asustados y tuvimos que calmarlos.
Estamos perdiendo horas de trabajo y dinero, pero son seres humanos y tenemos la obligación de ayudarlos.”
La costa de Libia se ha convertido en la mayor vía de tráfico ilegal utilizada por la gente que intenta cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa. Por si fuera poco, los pescadores se encuentran con botes que están en peores condiciones que antes y tienen mayor probabilidad de hundirse. Con el creciente número de operaciones de contrabando en Libia, los pescadores le han dicho a MSF que evitan acercarse a las aguas libias, pues temen que sus botes sean atacados y secuestrados por contrabandistas de personas. “Cada vez encontramos más y más refugiados y gente muerta en el mar”, dice Nourdin Achourmtent, un pescador de Zarzis. “Hace cinco años, los primeros 12 cuerpos fueron arrastrados por la corriente hacia la playa y tuvimos que enterrarlos.
Incluso hemos encontrado cadáveres en nuestras redes pesqueras. Enterramos a la gente en la mejor forma en la que podemos.”
Nunca sabremos el número exacto de personas que han muerto cruzando el Mediterráneo, pero se ha confirmado la muerte de al menos 2498 personas este año.
“Las tragedias en el mar seguirán ocurriendo regularmente porque la gente está desesperada por huir a Europa”, dice Vandormael. “La búsqueda y rescate ayuda a salvar vidas pero no es una solución a largo plazo. La Unión Europea necesita crear formas seguras y legales para que la gente pueda llegar a Europa sin arriesgar sus vidas en el trayecto.”