En una decisión extraordinaria, Médicos Sin Fronteras ha iniciado una intervención en el este de la República Democrática del Congo tras detectar un aumento alarmante de personas atacadas por perros enfermos de rabia. Con diez personas fallecidas por esta causa, el objetivo de la intervención busca prevenir más muertes, mientras la organización médica demanda un mayor apoyo para la eliminación de esta enfermedad en la zona.
La extensión de la rabia entre los perros se ha producido en la zona sanitaria de Lemera, en la provincia de Kivu Sur. Un equipo de MSF está vacunando a población que haya sido bien mordida o arañada por un perro sospechoso de estar rabioso y administra tratamiento post-exposición si necesario.
La administración del tratamiento justo después de la exposición a la rabia es muy efectivo y previene la eclosión de los síntomas de la infección, que puede llevar a una muerte muy dolorosa. Si el tratamiento no se aplica antes de la aparición de los síntomas, la rabia conduce a una muerte certera.
La rabia afecta a los más pobres y vulnerables, cuyas muertes apenas se registran dice la doctora Jantin Mandelkow, que lidera el equipo sanitario en Lemera. En RDC las vacunas y la inmoglobulina no se encuentran con facilidad y la gran mayoría de la población no puede pagar el tratamiento post-exposición, que es vital. Pero tiene un coste de 250 dólares.
Tras décadas de conflicto e inestabilidad en la República Democrática del Congo, las medidas para prevenir la transmisión del virus de animales a humanos no se han puesto en práctica. El no llevar un registro actualizado y detallado de los casos de rabia también impide la movilización de recursos para eliminar esta enfermedad prevenible.
La situación es excepcional y debe ser corregida en Lemera, dice Mandelkow, estamos haciendo todo lo que podemos pero el resto de organizaciones e instituciones debe reconocer la severidad de la situación y asignar los recursos necesarios para contener y erradicar la enfermedad en la zona.