En la actualidad, existen numerosos centros para pacientes de Ébola en funcionamiento en los países afectados por la epidemia en África occidental. En un momento crucial para atajar la epidemia, Médicos sin Fronteras (MSF) está adaptando su respuesta a través de la puesta en marcha de equipos móviles de respuesta rápida para hacer frente […]
En la actualidad, existen numerosos centros para pacientes de Ébola en funcionamiento en los países afectados por la epidemia en África occidental. En un momento crucial para atajar la epidemia, Médicos sin Fronteras (MSF) está adaptando su respuesta a través de la puesta en marcha de equipos móviles de respuesta rápida para hacer frente a nuevas cadenas de contagio.
Hace apenas unas semanas, los centros de tratamiento de Ébola en Liberia, Guinea y Sierra Leona estaban llenos de pacientes. Desde entonces, el número de personas ingresadas en ha ido disminuyendo paulatinamente. Durante la primera semana de febrero, solo diez nuevos casos confirmados fueron ingresados en los centros de tratamiento de MSF. El centro de MSF en Monrovia (Liberia) no recibió ningún paciente confirmado.
Ante esta repentina caída en el número de casos surgen las preguntas. “Nuestros centros en Guinea estaban vacíos a finales de mayo del año pasado. Y todo lo que hizo falta para reactivar esta epidemia fue un único caso”, explica Claudia Evers, coordinadora de emergencia de MSF en Guinea. “En este punto de la epidemia en el que nos encontramos, resulta crucial realizar una búsqueda activa de casos sospechosos, especialmente en las áreas urbanas densamente pobladas y en las zonas más remotas, antes de que se creen nuevas líneas de contagio”.
La clave está en localizar los casos rápidamente y realizar un seguimiento médico a quienes han estado en estrecho contacto con pacientes infectados antes de que también enfermen y puedan transmitir el virus. En algunas aldeas la reticencia de la comunidad sigue siendo fuerte; las personas siguen muriendo de Ébola en sus casas, sin acudir a los centros y hospitales, aún se celebran algunos funerales en secreto. Así mismo, se han detectado nuevos casos en zonas que hasta el momento no se habían visto afectadas.
La estrategia de MSF considera cada nuevo caso como una activación de la epidemia y pone en marcha de forma simultánea el protocolo de respuesta y las distintas actividades planificadas para estos casos: el refuerzo de las capacidades de la población local, la búsqueda activa de casos, la sensibilización de la población, el control de infecciones en hogares y centros médicos, la rápida derivación de los casos sospechosos a un centro de tratamiento de Ébola y el seguimiento epidemiológico.
“La existencia de menos casos de Ébola y la llegada de actores adicionales ofrecen la oportunidad de identificar y hacer frente a los nuevos brotes con mayor anticipación”, afirma María Teresa Cacciapuoti, coordinadora general de MSF en Liberia.
En Guinea, MSF ha comenzado a hacer seguimiento en la provincia de Faranah tras haber recibido en su centro de tratamiento de Ébola en Guékédou a una serie de pacientes que procedían de la zona. También se están llevando labores de vigilancia en el distrito de Kissidougou.
En Liberia, después de finalizar con éxito una primera intervención en el condado Grand Bassa, los equipos de respuesta rápida de MSF se han desplegado en el área de Grand Cape Mount.
Una mujer mayor procedente Monrovia había llevado el virus hasta su remota aldea en Quewein, donde falleció pocos días después de su llegada. “Cuando llegamos, había ya ocho personas infectadas y dos cadáveres”, asegura Rob D’Hondt, experto en agua y saneamiento. “Era un situación imposible de manejar para un pueblo de apenas 400 habitantes.”
A principios de febrero, un hombre regresó desde Monrovia al condado de Margibi; estaba contagiado de Ébola. Poco tiempo después, falleció. Las personas que le habían cuidado y, por tanto, habían estado muy expuestas al virus fueron rápidamente identificadas.
“Es muy probable que, desgraciadamente, algunos de ellos enfermen en los próximos días. Por ese motivo, tienen que estar bajo observación y recibir apoyo”, añade María Teresa Cacciapuoti. “Tenemos que ser flexibles y adaptarnos constantemente a esta impredecible epidemia. Desde que comenzó, hemos estado corriendo detrás del Ébola. Hoy, por fin, parece posible darle alcance. No es momento de descansar”.