Médicos Sin Fronteras está apoyando su implementación en Mali y Níger, pero advierte que aún quedan obstáculos por superar en materia de financiación e implementación.
Médicos Sin Fronteras, en cooperación con las autoridades sanitarias de Mali y de Níger, está administrando en ambos países una nueva y prometedora vacuna que en un futuro podría evitar brotes de la forma más mortífera de meningitis: la meningitis meningocócica A.
En la práctica, esta vacuna podría evitar futuros brotes de Meningitis A, explica Florence Fermon, asesora de MSF para políticas de vacunación, pero para que su impacto se notara de verdad, haría falta que la nueva vacuna se implementase ampliamente en los 25 países africanos más susceptibles de sufrir estas epidemias.
Los esfuerzos de MSF están enmarcados en una campaña de vacunación de mayor alcance que lideran conjuntamente los Ministerios de Sanidad de Níger, Mali y Burkina Faso y la OMS. En Níger, MSF está apoyando al Ministerio de Sanidad en la vacunación de 600.000 personas de entre 1 y 29 años en los distritos de Dosso y Boboye, mientras que en Mali, ya se han vacunado a otras 600.000 personas en los distritos de Koulikoro, Kati y Kangaba.
Desde hace años, MSF viene implementando respuestas de emergencia en el llamado cinturón de la meningitis africano, una zona que se extiende desde Senegal hasta Etiopía y que padece frecuentes brotes epidémicos. En 2009, MSF vacunó a más de 7 millones de personas contra la Meningitis A. Sin embargo, la protección de la vacuna polisacárida de la que se disponía hasta ahora se limitaba como máximo a tres años, por lo que MSF veía limitada su respuesta a un intento de ralentizar y detener las epidemias una vez que éstas ya se habían producido.
Esta nueva vacuna conlleva grandes beneficios: al ofrecer una protección de hasta diez años, ahora podremos vacunar a las personas antes de que la epidemia haga su aparición, lo que en la práctica significa poder evitarla, aclara Florence Fermon. Otra de sus ventajas es que se puede administrar también a niños menores de dos años, aunque sus principales beneficios tienen un alcance aún mayor: al impedir la transmisión del microbio dentro de una población, la vacuna puede detener la transmisión de la bacteria, lo que significa que las personas vacunadas no transmitirán la bacteria a quienes no lo estén.
Sin embargo, MSF apunta que aún quedan retos por resolver: aún no se han especificado los mecanismos que financiarán los fondos necesarios para vacunar a las personas de los otros 22 países del cinturón de la meningitis y falta además desarrollar un plan sobre las fases de implementación de la vacuna.
Gracias a un innovador enfoque de investigación y desarrollo, que desde el principio del proceso tiene en cuenta la necesidad de que el producto sea asequible, el coste por dosis de esta vacuna es de tan solo 40 centavos de dólar estadounidense, comenta el Dr. Tido von Schoen-Angerer, director de la Campaña de Acceso a los Medicamentos Esenciales de MSF. Pero a pesar de su bajo coste, por el momento ningún donante ha dado un paso al frente para apoyar económicamente la implementación de la vacuna más allá de los tres primeros países en los que se va a administrar. Las autoridades nacionales tienen que contar con el apoyo necesario para vacunar a un número suficiente de personas. Además, hay que asegurarse de que la vacuna se incluya dentro del calendario habitual de vacunaciones para los niños en el momento de cumplir su primer año de edad. No podemos dejar pasar esta oportunidad de hacer frente a una enfermedad tan mortífera.