¿Cómo está Pakistán hoy?
Las personas que regresan a sus aldeas se encuentran con casas y terrenos destruidos, todavía rodeados de agua estancada. Mientras tanto, quienes permanecen en campamentos y refugios informales se enfrentan a la amenaza del invierno.
«Incluso después de tres meses, la situación es de emergencia», afirma Syed Israr Ali Shah, nuestro coordinador de proyectos de emergencia en Baluchistán oriental.
En el este de Baluchistán y el norte de Sindh, en los meses de octubre y noviembre, más del 50% de las personas sometidas a pruebas de malaria dieron positivo. El número de casos es preocupantemente alto teniendo en cuenta el periodo invernal, ya que cabría esperar que disminuyera a medida que refresca el tiempo.
En octubre y noviembre, nuestros equipos realizaron pruebas a 38.301 pacientes, de los cuales 20.361 dieron positivo. Nos preocupa que, al no retroceder el agua en algunas partes de las zonas afectadas, la temporada de paludismo sea más larga, lo que aumentará la demanda de pruebas y tratamiento. Nuestros equipos de la ciudad de Johi, en el distrito de Dadu, al sur de Sindh, también están registrando un fuerte aumento de los casos de paludismo, por lo que hemos incrementado el número de trabajadores sanitarios especializados en esta enfermedad en nuestras clínicas móviles.
Otro problema sanitario importante es la malnutrición. Como muchas personas han perdido sus medios de subsistencia, granjas y animales, hay menos recursos. Para colmo, en algunas zonas la tierra no estará lista para la próxima temporada de siembra.
«De septiembre a noviembre, en el este de Baluchistán y el norte de Sindh, nuestros equipos móviles hicieron pruebas de desnutrición a 21.777 niños menores de 5 años», explica Juniper Gordon, nuestra coordinadora de urgencias médicas. «De los examinados, 5.578 tenían desnutrición aguda severa y 6.812 desnutrición aguda moderada».
© Asim Hafeez.
Asistiendo en la reconstrucción
Las inundaciones también han causado graves daños a las infraestructuras de agua potable en varios pueblos, obligando a la gente a ir a buscar agua a lugares lejanos. Las fuentes de agua están contaminadas o dañadas, lo que dificulta enormemente el acceso de las comunidades al agua potable.
«Llevamos más de dos meses viviendo al borde de la carretera junto a nuestro pueblo, en Usta Muhammad. Todos los pueblos de alrededor están inundados», dice *Umer, desplazado por las inundaciones en el distrito de Usta Muhammad. «Con el comienzo del invierno, pasarán varios meses hasta que nuestra tierra se seque por completo y podamos volver a casa. Desde que llegaron las inundaciones, hemos tenido que utilizar agua contaminada para beber y para uso doméstico», afirma.
Para atender algunas de las necesidades del este de Baluchistán, nuestros equipos han suministrado más de seis millones de litros de agua potable limpia en cinco distritos. Las comunidades afectadas por las inundaciones utilizan el agua para beber y para uso doméstico y contribuyen a mitigar el riesgo de enfermedades de transmisión hídrica en la zona causadas por el agua contaminada.
¿Cómo estamos respondiendo a esta emergencia?
Nuestros equipos están respondiendo actualmente en tres provincias: Baluchistán, Sindh y Khyber Pakhtunkhwa. Tenemos 10 equipos médicos móviles trabajando en Baluchistán y Sindh, donde estamos viendo un elevado número de personas con paludismo, diarrea, infecciones de las vías respiratorias y un número preocupante de personas con desnutrición. En las tres provincias también estamos prestando apoyo en materia de agua y saneamiento y en la distribución de paquetes de ayuda.
Desde 2008, nuestros equipos prestan apoyo en el hospital DHQ de Dera Murad Jamali en colaboración con el Departamento de Salud. En los últimos meses hemos visto aumentar el número de pacientes. Hemos incrementado nuestro apoyo con expertos médicos y no médicos y aumentado la capacidad de camas de 49 a 69. Desde septiembre, nuestro equipo ha asistido 1.382 partos e ingresado a 1.142 niños en el departamento de hospitalización pediátrica.
Hemos prestado asistencia sanitaria general a más de 95.940 pacientes en nuestras clínicas móviles y nuestros equipos de emergencia han suministrado 465 millones de litros de agua potable limpia a las personas afectadas por las inundaciones en las tres provincias.
Con el fin de proporcionar ayuda básica a los hogares afectados, nuestros equipos han distribuido más de 44.800 paquetes de ayuda, incluidos kits de higiene, artículos de cocina, refugios y 41.140 mosquiteras.
Las necesidades humanitarias de la región
Muchas personas no quieren volver a sus aldeas, pues les preocupa que vuelvan a inundarse el año que viene. En su lugar, la gente se ha instalado en grandes campamentos como el de la ciudad de tiendas de campaña de Karachi, en el distrito de Keamari, en Sindh.
«Las estructuras sanitarias han quedado destruidas y los daños causados por las inundaciones dificultan los desplazamientos. Nos preocupa el acceso a la atención sanitaria, especialmente para las mujeres embarazadas», afirma Katrin Kisswani, nuestra coordinadora de emergencias en el sur de Sindh. «Las necesidades que vemos en nuestros proyectos nos llevan a creer que la situación sigue siendo en gran medida una emergencia, y estamos planificando nuestras actividades en consecuencia».
El impacto de las inundaciones se dejará sentir durante mucho tiempo. Es de vital importancia contar con un apoyo continuado en todas las regiones afectadas para hacer frente a los numerosos retos y necesidades.