Entrevista con Aitor Zabalgogeazkoa, director general de MSF, sobre la situación actual en Haití y la respuesta de la organización en el terreno.
Por MSF
¿Cuál es la situación medico-sanitaria de Haití en estos momentos?
Creemos que muchos heridos todavía no han sido atendidos porque no han podido acceder a los centros de salud. Nuestros equipos médicos siguen desbordados por el trabajo y han tenido que centrarse en los más casos graves. Desde que se produjo el terremoto, hemos atendido a más de 5.000 personas y se han llevado a cabo cerca de 1.000 cirugías. Ahora mismo estamos trabajando en 10 localizaciones y creemos que en las próximas semanas todavía quedará muchísima atención por dar.
Uno de los mayores problemas es que hay muchas personas que no están siendo atendidas, lo que va a provocar un aumento de casos de septicemias y gangrena, entre otras, con fatales consecuencias para la población. Ya hemos puesto en marcha clínicas móviles para poder atender al mayor número posible de heridos. La atención postoperatoria también va a ser muy necesaria, así que estamos empezando a organizarnos para dar esta atención.
Por otra parte, se ha empezado a estabilizar un poco la situación en Puerto Príncipe y esto significa que se han abierto algunos mercados y que se está generando algún tipo de comercio que beneficia a la población.
¿Cómo ha organizado MSF la respuesta al terremoto?
Antes del terremoto ya teníamos equipos de MSF en Puerto Príncipe que trabajaban en 2 hospitales y una maternidad. A pesar de que estas estructuras sufrieron importantes daños materiales y algunas incluso debieron evacuarse, los equipos pudieron dar asistencia inmediata a los heridos. Al mismo tiempo, se enviaron trabajadores y material de emergencia adicional desde Europa y Latinoamérica. A día de hoy, hay más de 830 personas trabajando en la emergencia y hemos conseguido hacer llegar más de 300 toneladas de material de ayuda.
Desgraciadamente, varios trabajadores haitianos de MSF perecieron en el terremoto y otros continúan desaparecidos. Ésta es una de las mayores preocupaciones que tenemos en estos momentos, poder disponer de más información para hacer un balance de la situación de los compañeros y de las familias. Los trabajadores haitianos de MSF siguen trabajando a destajo a pesar de que muchos perdieron a sus seres queridos.
¿Cómo es la situación fuera de Puerto Príncipe?
Lo que suele pasar en este tipo de catástrofes, y hemos podido ver de nuevo aquí, es que la concentración de medios de comunicación y de medios de ayuda se ha centrado en Puerto Príncipe, cuando hay una docena de ciudades en los alrededores que han sufrido tanto o más el terremoto y que prácticamente no habían recibido ninguna ayuda en los 5 o 6 primeros días. MSF ha hecho evaluaciones sobre el terreno en ciudades cercanas a Puerto Príncipe como Jacmel, Leogane o Goave. Son ciudades que han sufrido una destrucción de entre el 50 y el 90%, que rondan los doscientos mil habitantes y donde prácticamente no había llegado ningún tipo de ayuda ni médica, ni humanitaria. Estamos programando clínicas móviles y distribución de material de primera necesidad en varias de estas localidades.
Una semana después del terremoto, MSF denunció la falta de autorización para aterrizar aviones con material sanitario vital en Puerto Príncipe. ¿Cómo está la situación ahora mismo?
Uno de los mayores problemas para nuestros equipos en el terreno ha sido el suministro de material. Es totalmente inaceptable que no se priorice la llegada de cargamento médico de primera necesidad. Cinco aviones de MSF han sido desviados de su destino original, Puerto Príncipe, a la República Dominicana, retrasando la llegada de material imprescindible para nuestras actividades. Según nos informaron nuestros compañeros en el terreno, cinco personas murieron en uno de los hospitales gestionados por MSF por el síndrome de aplastamiento, una dolencia que puede tratarse con máquinas de diálisis que no llegaron a tiempo a Puerto Príncipe.
La instalación del hospital de campaña de MSF, con capacidad para 100 camas y dos quirófanos, también se ha retrasado 48 horas porque ha tenido que llegar por carretera desde Santo Domingo. Para poder seguir con nuestras actividades y ampliarlas necesitamos que llegue más material a Haití.
¿Cuáles son los próximos pasos?
Ahora mismo todavía estamos hablando de atención médica de urgencia. En los próximos días, va a ser muy necesaria la atención postoperatoria y de clínicas móviles para intentar mantener un nivel básico de la población atendida. Esto quiere decir que habrá que reforzar la vigilancia para evitar epidemias como sarampión o meningitis, teniendo en cuenta, por ejemplo, que la cobertura de la vacunación de sarampión es muy baja, del 40% aproximadamente.
Lo siguiente es la salud mental en la que tendremos que trabajar bastante. Dentro de ese marco ya hemos cerrado el acuerdo habitual que solemos hacer con Payasos Sin Fronteras para que hagan una gira por Haití para dinamizar y programar actividades con los niños. Además de todo el resto de actividades de salud mental que hacemos en estos casos.
Paralelamente, y si se considera que la situación es relativamente estable, nos centraremos en el reparto de material de primera necesidad y abrigo, sobre todo nos concentraremos en las afueras de Puerto Príncipe donde hay más personas desatendidas. Además, trabajaremos en asegurar el suministro de agua y saneamiento, primero en las estructuras de salud en las que estamos trabajando y luego, si podemos, contribuir a aumentar la distribución de agua disponible para la población.
