“Queda mucho trabajo por hacer para llegar a todos los enfermos”

Entrevista con Gemma Ortiz, representante de MSF para Enfermedades Olvidadas, sobre las últimas publicaciones de la OMS sobre kala azar y enfermedad del sueño. Por Silvia Fernández Hace unas semanas, la Organización Mundial de la Salud presentó, en la reunión de su Consejo Ejecutivo, los últimos informes sobre la evolución mundial de la leishmaniasis visceral […]

Entrevista con Gemma Ortiz, representante de MSF para Enfermedades Olvidadas, sobre las últimas publicaciones de la OMS sobre kala azar y enfermedad del sueño.

Por Silvia Fernández

Hace unas semanas, la Organización Mundial de la Salud presentó, en la reunión de su Consejo Ejecutivo, los últimos informes sobre la evolución mundial de la leishmaniasis visceral (kala azar) y la tripanosomiasis humana africana, más conocida como enfermedad del sueño. Ambas son enfermedades olvidadas que afectan a millones de personas en todo el mundo.

En 2007, la Asamblea Mundial de la Salud reconoció que la leishmaniasis era una de las enfermedades tropicales más desatendidas del mundo. Ahora, la Secretaria de la OMS ha presentado un informe sobre los progresos realizados en los últimos años. ¿Describe el informe la situación actual de la enfermedad?
El informe de la Secretaría ofrece una visión realista de la situación de la leishmaniasis visceral. Un punto importante es que reconoce que hay pocas estimaciones fiables de la carga real de la enfermedad. Se calcula que la leishmaniasis visceral provoca cada año 60.000 muertes y 500.000 personas caen enfermas por su causa, pero como muchos de los casos no se reportan no podemos saber con exactitud cuántas personas la padecen. El informe pone de manifiesto la necesidad de más inversión en materia de recursos humanos y económicos que permitan controlar la enfermedad a largo plazo. Desde Médicos Sin Fronteras queremos apoyar esta petición de más fondos ya es una cuestión vital para poder responder a esta enfermedad que sin tratamiento es mortal en casi el 100% de los casos.

Por otra parte, el informe no hace hincapié en la importante tendencia al alza de la coinfección entre el VIH y la leishmaniasis visceral. En Etiopía más de 30% de los enfermos de kala azar están coinfectados con VIH. Las tasas de recaída en este grupo son altas y el tratamiento es complicado e inefectivo, así que este tema no puede pasar inadvertido para la OMS.

MSF tiene una larga experiencia tratando a enfermos de kala azar. Ahora mismo en India lleva a cabo un programa donde ya se han tratado a más de 4.000 pacientes con anfotericina B liposomal, un tratamiento muy efectivo. Desde esta perspectiva de terreno, ¿qué pasos se deben dar en la lucha contra esta enfermedad?
Por un lado, necesitamos que se extienda al uso de medicamentos que existen actualmente y que son muy efectivos. Para conseguir esto es necesario que las diferentes opciones de tratamiento estén registradas en todos los países endémicos y además debe reducirse los precios, que en muchos casos son prohibitivos para los sistemas de salud. Además, ahora mismo se están realizando estudios de terapias combinadas, esperamos que los resultados se presenten en breve, proporcionando una alternativa efectiva y un tratamiento seguro a los pacientes.

Por otra parte, es necesaria una mayor inversión en Investigación y Desarrollo (I+D). Se requiere con urgencia una simplificación de las herramientas diagnósticas para que no se requieran aspiraciones del bazo. Si hablamos de tratamiento, sería importante contar con medicamentos que permitieran una administración más corta y que además fueran seguros para mujeres en edad reproductiva y durante el embarazo. También se requieren mejores tratamientos para los pacientes VIH-positivos.

La tripanosomiasis humana africana también es una enfermedad olvidada. Como en el caso del kala azar incluso es difícil tener datos fiables de su incidencia mundial. Según el informe publicado por la OMS, ¿cuáles son los principales retos en la lucha contra la enfermedad?
Actualmente el tratamiento más eficaz contra la segunda fase de la enfermedad del sueño es la terapia combinada de nifurtimox oral y eflornitina intravenosa, conocida como NECT, por sus siglas en inglés. La implementación de este tratamiento en el terreno tiene que ser una prioridad, sobre todo para que reemplace al melarsoprol, un medicamento que se ha usado durante años y que es muy tóxico para los enfermos. Según el informe de la OMS, el uso del melarsoprol ha descendido de 86% en 2004 a un 51% en 2008. Son datos esperanzadores pero ahora que tenemos tratamientos más efectivos y seguros para los enfermos, tenemos que reducirlo todavía más.

Otro frente importante es reforzar las actividades de control y vigilancia, tal y como recomienda el informe de la OMS. La detección activa de casos en países endémicos como República Centroafricana y República Democrática de Congo es esencial para controlar la enfermedad. Estas actividades deben llevarse a cabo dentro de sistemas de salud reforzados y operativos. Igualmente, deberían integrarse las actividades de diagnóstico y detección para poder reaccionar rápidamente ante cualquier aumento de casos.

Sobre el terreno, MSF es testigo directo que las pocas herramientas que hay para diagnosticar y tratar esta enfermedad. ¿Cuáles son las prioridades ahora mismo?
Hay una enorme necesidad de más Investigación y Desarrollo. Se requiere una simplificación del actual árbol diagnóstico. Gran parte de la investigación actual sobre herramientas diagnósticas se centra en mejorar las herramientas existentes para la detección del parásito en la sangre, pero todavía se requiere una punción lumbar para determinar el estadio de la enfermedad. También es urgente un tratamiento oral, que se puede utilizar para tratar a los personas en la segunda fase de la enfermedad.

Se requieren fondos para ayudar a que los programas nacionales de lucha contra la enfermedad puedan implementar y mantener la detección activa de personas infectadas, así como el seguimiento de la situación de la enfermedad y poder hacer accesibles el diagnóstico y el tratamiento gratuitos para la población. También son imprescindibles más fondos para la I+D.

Por otra parte, nos preocupa el discurso actual de que es posible eliminar la enfermedad. Teniendo en cuenta los problemas actuales de diagnóstico y tratamiento, y los contextos remotos y a menudo inseguros donde hay una alta prevalencia, la eliminación no es posible. En el caso de la enfermedad del sueño, como en el caso del kala azar, queda mucho trabajo por hacer para llegar a todos los enfermos.
 

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