Médicos Sin Fronteras (MSF) alerta sobre las inhumanas condiciones en las que se encuentran los refugiados sirios en los centros de acogida de Sofia y Harmanli, en Bulgaria, y denuncia la prácticamente nula asistencia médica de la que disponen. La organización médica pide a las autoridades búlgaras y europeas que encuentren rápidamente soluciones y que pongan en marcha medidas concretas que mejoren las condiciones de vida de los solicitantes de asilo. Los equipos de MSF han comenzado ya a proporcionarles asistencia médica y artículos de primera necesidad a través de una intervención de emergencia en ambas ciudades.
Desde enero de este año, cerca de 10.000 migrantes, la mayor parte de ellos provenientes de Siria, han llegado a Bulgaria. En muchos casos se trata de familias enteras que huyen de la guerra y que llegan exhaustas tras lograr sortear los controles fronterizos a lo largo de la frontera entre Bulgaria y Turquía. «Hoy por hoy, lograr acceder a Europa se ha convertido en una misión casi imposible para los refugiados, incluidos los sirios que huyen de los horrores de la guerra», dice Ioanna Kotsioni, coordinadora general de MSF en Bulgaria. «Se están construyendo muros en Grecia y próximamente harán lo mismo en Bulgaria. No se dan cuenta de que de esta manera lo único que consiguen es que miles de personas que están desesperadas se vean obligadas a buscar rutas cada vez más peligrosas, como la que atraviesa las islas del mar Egeo.
A su llegada a Bulgaria, muchos refugiados se encuentran con que no les queda otra opción que la de dormir en tiendas de campaña, situadas en descampados y que no tienen calefacción, mientras que otros se ven obligados a amontonarse en aulas escolares que están en desuso, ya que los centros de acogida son incapaces de hacer frente al enorme número de personas que está llegando. «A pesar de que las autoridades búlgaras han tomado algunas medidas, las condiciones de acogida siguen siendo inaceptables», dice Kotsioni. «Están hacinados, a veces con un solo baño para cincuenta personas. Y más preocupante aún es la situación en la que se encuentran muchas familias, que no tienen prácticamente nada que echarse a la boca. Por si fuera poco, con la llegada del invierno las temperaturas ya han descendido por debajo de los 0 grados. Hace mucho frío y mucho me temo que como no cambien las cosas, la situación sólo puede ir a peor.
De acuerdo a la legislación europea, Bulgaria tiene la responsabilidad de asegurar el acceso a la atención médica y psicológica de los solicitantes de asilo, así como el acceso a los servicios médicos especializados para aquellos colectivos más vulnerables, tales como víctimas de tortura, víctimas de violencia sexual o personas con algún tipo de discapacidad. Sin embargo, a día de hoy no se les está prestando asistencia médica de una manera sistemática.
Para responder a esta falta de servicios esenciales para su salud, la organización médico humanitaria ya ha abierto proyectos de emergencia en dos centros de acogida de Sofía y en unos días abrirá un puesto de salud en otro centro de acogida en Harmanli. En ambos lugares se proporcionará atención primaria y soporte psicológico a los refugiados. Hay mucha gente que padece enfermedades crónicas y que necesita un seguimiento continuo, explica Colette Gadenne, coordinadora de MSF en la emergencia. Bulgaria y la Unión Europea tienen que dar pasos firmes para asegurar unas condiciones de vida adecuadas y humanas a todas estas personas que han sufrido los horrores de la guerra en sus propias carnes.