Hay nuevos medicamentos disponibles que podrían ayudar a curar a quienes contrajeron el virus, pero ofrecerlos y administrarlos, según nos dice Hilde, no es tan fácil como parece.
“Cuando ofrecemos alguno de los medicamentos a los pacientes, les hablamos sobre los posibles beneficios aclarando que no podemos garantizar que el medicamento funcionará; les explicamos los efectos secundarios, pero también los riesgos relacionados con lo que aún no sabemos sobre el producto. Siempre nos aseguramos de que el paciente, o un integrante de su familia que lo represente, haya entendido el mensaje y dado su consentimiento.
A veces me sorprende la fortaleza y determinación de los pacientes. Tuve que explicar esto a una mujer muy enferma y cansada. Ella abrió los ojos, se incorporó con orgullo y firmó el formulario de consentimiento. Fue honesta, y creo firmemente que ella tomó una decisión consciente.
Es muy positivo tener cinco moléculas que parecen ser prometedoras, pero también tenemos que ser realistas. No hay evidencia científica que demuestre que alguno de estos medicamentos funcione para las personas con Ébola. Pero es un buen avance. Podemos ofrecer a los pacientes con Ébola el acceso a medicamentos que pueden salvar sus vidas a la vez que nos preparamos para la implementación de un ensayo clínico que, con suerte, determinará la eficacia y la seguridad de los mismos. Así avanzaremos. Pero a veces siento que los medios de comunicación e incluso algunos integrantes del personal sanitario, creen que actualmente tenemos un tratamiento que funciona. Verdaderamente es muy pronto como para asegurarlo.
Sigue siendo un reto proporcionar estos medicamentos a los pacientes. Esa es una de mis principales preocupaciones. Técnicamente hablando no es tan difícil, pero necesitas tener la capacidad y la configuración adecuada. En lo que se refiere a productos aún no registrados, cada medicamento debe ser administrado y monitoreado siguiendo un protocolo estricto. Esto no es tan sencillo de hacer dentro de un Centro de Tratamiento de Ébola.
Debes moverte con cuidado y lentamente debido a los trajes de protección que debemos usar. No puedes ver a tantos pacientes durante tu estadía en el departamento. Debes monitorear los parámetros médicos como la temperatura de tus pacientes, asegurarte de que reciban alimentos, suficientes líquidos, sus medicamentos sintomáticos y luego cersiorarte de que se actualicen sus registros médicos.
Este desafío es enorme al comienzo de una epidemia, incluso sin tomar en cuenta la administración de un nuevo medicamento que no está registrado. Necesitamos un ejército de enfermeras y personal de higiene, y primero tenemos que entrenarlos a todos porque la mayoría no tendrá experiencia tratando el Ébola. Por eso me parece bastante impresionante que actualmente los medicamentos se ofrezcan sistemáticamente a todos los pacientes.
No puedo enfatizar lo importante que es la honestidad. Toda respuesta al Ébola se basa en la confianza mutua. Se trata de construir buenas relaciones con las familias y las comunidades.
De lo contrario, los nuevos pacientes no se presentarán a los centros y será muy difícil romper las cadenas de transmisión. Los familiares de los pacientes nos pueden llamar en cualquier momento. Los dejamos entrar al Centro de Tratamiento, les mostramos cómo cuidamos a sus seres queridos y a menudo vienen a visitarlos. Si los pacientes están demasiado enfermos como para caminar, los llevamos a la zona de visita en una camilla. Necesitas ser realmente humano, son los pequeños detalles los que pueden marcar la diferencia.
Obtener esa confianza a menudo es difícil al comienzo de una epidemia, cuando muchas personas mueren en el centro de tratamiento. La gente comienza a suponer que los pacientes son asesinados en el interior o que se les ayuda a morir. Y siempre están los rumores sobre occidentales u otros grupos que roban órganos o sangre, o que llevan la enfermedad a la comunidad. Algunas personas creen que esta enfermedad infecciosa es causada por la brujería. No es una situación nueva. La mejor respuesta ante esto es una buena promoción de la salud. Te acercas a las personas, les explicas qué es esta enfermedad, cómo se transmite, cómo se puede manejar y cómo prevenirse, y debes ser honesto y humano.
Si tienes éxito en el control del brote y se reduce la cantidad de personas a las que se transmite el virus, entonces tendrás que tratar a menos pacientes y puedes pasar más tiempo con las familias, así que la confianza de la comunidad aumentará. Por supuesto, si tuviéramos un mejor tratamiento, morirían menos pacientes y la confianza también aumentaría.
Las personas en esta parte de la República Democrática del Congo se movilizan mucho. Es importante entender estos movimientos porque así es como se traslada el virus. Necesitamos entender a las familias y cómo están conectadas; cómo buscan atención médica las personas; cómo funcionan sus conexiones sociales. Comprender a la gente es la clave para entender el Ébola. Y a medida que el brote de Ébola se moviliza, nosotros también debemos movernos. Tenemos que ser flexibles. Tenemos que estar un paso delante del brote.
Hacer esto bien depende de tu personal. Necesitas buenos promotores de la salud y un buen epidemiólogo que conozca bien el Ébola. Porque no se trata solo de datos, se trata de hablar con las personas y de estar realmente interesado en ellas. Ninguna herramienta puede reemplazar eso. Necesitamos hacer las preguntas correctas y ser empáticos. Cuando completo un formulario de investigación de casos, escribo todo tipo de información adicional en los bordes. Cubro toda la hoja de papel. Las nuevas herramientas pueden mejorar nuestro análisis, pero deben usarse en conjunto con una visión humana. Todo se relaciona todo con el comportamiento, los seres humanos y la confianza».