En la República Democrática del Congo (RDC), la malaria sigue siendo la enfermedad más mortal, con casi 15 millones de casos y alrededor de 27.500 muertes en 2017 según el Programa Nacional de lucha contra el Paludismo. Durante el mismo año, proporcionamos asistencia médica gratuita y comunitaria a 819.000 pacientes de 61 centros de salud en todo el país.
Después de Nigeria, la RDC tiene el mayor número de casos de malaria en África, según datos de la Organización Mundial de la Salud. El acceso a la salud, especialmente en contextos rurales, sigue siendo un gran desafío por la escasa infraestructura de salud, insuficiente cantidad de profesionales médicos y dificultades en la provisión de insumos. El acceso a la salud, que no es gratuito en RDC, también se ve amenazado por la pobreza y los desplazamientos debidos a los conflictos locales y la violencia.
¿Cómo hacemos en Médicos Sin Fronteras para combatir la malaria en entornos rurales remotos de RDC? Desde 2014, muchos de nuestros proyectos adoptaron una respuesta basada en la comunidad para luchar contra la malaria y otras enfermedades frecuentes, como la diarrea o infecciones respiratorias. Estas actividades están siendo llevadas a cabo en lugares como Bili, Ubuangui del Norte; Baraka, Kimbi-Lulenge, Lulingu, Bunyakiry y Mulungu en Kivu del Sur; y finalmente Mweso y Walikale en Kivu del Norte.
En Bili, Ubuangui del Norte desde julio pasado reorientamos nuestras actividades a proporcionar tratamiento gratuito contra la malaria, dando soporte a 17 centros de salud, 15 salas y 3 centros comunitarios, donde más de 51.869 pacientes fueron tratados.
“La distancia y el precio son los mayores obstáculos para aquellos que necesitan un cuidado, especialmente en áreas rurales,” dice Jean-Bernard, que actúa como punto focal entre la comunidad y uno de los establecimientos de salud que MSF respalda. “MSF provee a algunas localidades lejanas con motos, para que los puntos focales comunitarios podamos llegar a ellas y para remitir los casos al centro de atención médica local o al centro de salud más cercano. Antes, lo recorríamos a pie: ahora el promedio de viaje pasó a ser de 3 horas a 1 hora. Esto ayudó a salvar muchas vidas.”
Un equipo de MSF también apoya el departamento de pediatría del Hospital General de Bili, donde 1608 niños menores de 15 años fueron hospitalizados desde 2017.
En Kivu del sur, Baraka, la malaria sigue siendo la enfermedad más común tratada por nuestros profesionales, quienes cuidaron de 113.197 personas en los últimos tres años. La atención brindada a 15 sitios de salud comunitarios permite el diagnóstico oportuno y el tratamiento de los pacientes en sus propias aldeas, especialmente para las poblaciones remotas que viven lejos de los centros de salud.
“El enfoque comunitario permite una rápida respuesta a los casos simples de malaria, previniendo posibles complicaciones. Cuidado gratuito, cercano al paciente, es la clave para reducir el enorme impacto de esta mortalidad en RDC,” explica Maaike Hersevoort que coordina el proyecto de MSF en Baraka.
MSF trabaja en la República Democrática del Congo desde 1981 y hoy estamos en 20 de las 26 provincias del país ofreciendo asistencia médica a las víctimas del conflicto y la violencia, a personas desplazadas y aquellos que sufren de epidemias o pandemias como cólera, sarampión y VIH/sida. Los equipos de emergencia están listos para reaccionar alrededor de todo el país en caso de que se produzca una epidemia, un desastre natural o un conflicto.