La organización humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) informó formalmente hoy al Ministerio del Interior de Italia que no firmará el Código de Conducta para ONGs que operan barcos de rescate en el Mar Mediterráneo.
“A pesar de que no nos es posible firmar este código de conducta en su forma actual, MSF ya respeta varias disposiciones aún cuando no están dentro del ámbito de nuestras preocupaciones básicas, incluida la transparencia financiera,” dijo Annemarie Loof, coordinadora de operaciones. “MSF continuará desarrollando sus actividades de búsqueda y rescate bajo la coordinación del Centro de Coordinación de Rescate Marítimo en Roma (MRCC, por sus siglas en inglés), y en consonancia con todas la leyes marítimas e internacionales relevantes.”
Varios de los compromisos incluidos en el Código de Conducta podrían resultar en una disminución de la eficiencia y de la actual capacidad de respuesta en tareas de búsqueda y rescate, con terribles consecuencias humanitarias. Algunas de las propuestas –en particular aquella que establece que los buques dedicados al rescate deben desembarcar a los supervivientes en un lugar seguro en vez de transferirlos a otros barcos- presentan limitaciones innecesarias a los medios que están a nuestro alcance actualmente. Desde que comenzó sus operaciones marítimas, MSF ha estado aceptando transferencias desde otros barcos a los propios, e incluso conduciendo traslados a otras naves. Esto siempre ha ocurrido por petición o bajo la coordinación del Centro de Coordinación de Rescate Marítimo (MRCC) en Roma.
El ida y vuelta de todos los buques a los puntos de desembarque conducirá, en consecuencia, a una disminución de la presencia de esos barcos en la zona de búsqueda y rescate. La reducción del número de barcos de rescate debilitaría una capacidad de búsqueda y salvamento ya de por sí insuficiente, lo que daría lugar a un aumento masivo de ahogamientos. Además, la introducción en el Código de elementos de confusión innecesaria acerca de a quién contactar podrían demorar las operaciones de rescate, en acciones donde apenas unos minutos pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Aunque el Código revisado aclara que la policía judicial actuará «sin perjuicio de la actividad humanitaria en curso», esto sigue abierto a la interpretación y no se ha adoptado la solicitud de que la policía no esté armada. La presencia de oficiales de policía armados a bordo y el compromiso solicitado a los trabajadores humanitarios de reunir evidencias atentarían contra los principios humanitarios fundamentales de independencia, neutralidad e imparcialidad. Esto sometería a las organizaciones de ayuda humanitaria a los intereses políticos de un Estado miembro de la Unión Europea, y esto es algo que MSF no puede aceptar, ya que afectaría su capacidad de acceso a las poblaciones en peligro en todo el mundo, así como la seguridad de sus equipos.
La responsabilidad de realizar operaciones de búsqueda y rescate en el mar recae en los Estados. Las actividades de rescate de actores no gubernamentales como MSF son simplemente una medida temporal destinada a llenar el vacío de responsabilidad dejado por los Estados. La Unión Europea debe establecer un mecanismo dedicado y proactivo de búsqueda y rescate para apoyar a Italia y reconocer los laudables esfuerzos de este país para salvar vidas en el mar frente a la respuesta insuficiente de otros Estados miembros europeos.