En febrero de 2021, un niño de siete años fue trasladado a nuestra clínica en Al-Hol con quemaduras de segundo grado en la cara y los brazos. La atención médica que podía salvarle la vida estaba a menos de una hora en coche, pero las autoridades del campo tardaron dos días en aprobar su traslado. El niño murió de camino al hospital bajo vigilancia armada, separado de su madre, en agonía.
Pocos meses después, en mayo del mismo año, un niño de cinco años fue atropellado por un camión y llevado a la misma pequeña clínica. Nuestro personal recomendó su traslado a un hospital para una operación de emergencia. A pesar de la urgencia, su traslado tardó horas en ser aprobado. Murió de camino al hospital, inconsciente y solo.
Estos son sólo dos de los 79 niños que murieron en el campo de detención de Al-Hol, en Siria, el año pasado. En 2021, el 35% de las personas que murieron allí eran niños menores de 16 años.
«Hemos visto y oído muchas historias trágicas en el campo de detención de Al-Hol, en Siria, entre ellas, la de niños que mueren como consecuencia de los prolongados retrasos en el acceso a la atención médica urgente y de niños pequeños que, según se reporta, son separados a la fuerza de sus madres, una vez cumplidos los 11 años, sin ser vistos nunca más«, afirma Martine Flokstra, nuestra directora de operaciones en Siria.
Para los niños y sus cuidadores en Al-Hol, suele ser un calvario acceder a la atención médica. Los menores que necesitan tratamiento en el hospital principal, que se encuentra a una hora de distancia en automóvil del campamento, son escoltados bajo guardia armada, y en la mayoría de los casos sin sus cuidadores, ya que rara vez se les autoriza a ir con sus hijos.
«Al-Hol es en realidad una enorme prisión al aire libre, y la mayoría son niños, muchos de los cuales han nacido allí,y a los que se les ha robado su infancia y se les ha condenado a una vida expuesta a la violencia y la explotación, sin educación, con un apoyo médico limitado y sin esperanza a la vista», añade Flokstra.
El campamento fue diseñado en su momento para proporcionar alojamiento temporal seguro y servicios humanitarios a las personas civiles desplazadas por el conflicto en Siria e Irak. Sin embargo, la naturaleza y la finalidad de Al-Hol se han desviado durante mucho tiempo y esta se ha convertido cada vez más en una prisión al aire libre insegura e insalubre después de que las personas fueron trasladadas allí desde los territorios controlados por el Estado Islámico en diciembre de 2018.
«Los miembros de la Coalición Global contra el Estado Islámico, así como otros países cuyos ciudadanos permanecen retenidos en Al-Hol y otros centros de detención y campos en el noreste de Siria, les han fallado a sus ciudadanos. Deben asumir su responsabilidad e identificar soluciones alternativas para las personas detenidas en el campo. En lugar de ello, han retrasado o simplemente se han negado a repatriar a sus ciudadanos, y han llegado en algunos casos a despojarlos de su ciudadanía y convertirlos así en apátridas.
A pesar de las violentas e inseguras condiciones de Al-Hol, y más de tres años después de que más de 50.000 personas fueran trasladadas allí, no se está avanzando lo suficiente para cerrar el campo».
«Todavía no hay alternativas a largo plazo para poner fin a esta detención arbitraria e indefinida. Cuanto más tiempo se mantenga a las personas en Al-Hol, peor será, lo que dejará a una nueva generación vulnerable a la explotación y sin ninguna perspectiva de tener una infancia libre de violencia», sostiene Martine Flokstra.
© Ricardo Garcia Vilanova.
Algunos datos fundamentales
- En 2021, el 35% de las personas que murieron en el campamento de Al-Hol eran niños menores de 16 años. Esto incluye a niños que murieron tras ser atropellados por camiones cisterna, que se cayeron en charcos de agua sucia y que murieron a causa de la violencia. Además de la peligrosidad del campo de detención, hay muchos informes sobre niños que entran en la adolescencia y que son separados por la fuerza de sus madres o cuidadores. Hay poca o ninguna información sobre dónde son llevados o qué pasa con ellos después.
- El 64% de la población de Al-Hol son niños, mientras que el 50% de la población del campo es menor de 12 años.
- Al Hol es ahora una prisión al aire libre, donde las personas han sido despojadas de sus derechos y expuestas a la violencia y la inseguridad, la mayoría de ellas son niños que no han hecho nada para merecer el destino que les ha tocado. Se cree que hay cerca de 60 países que tienen ciudadanos en Al-Hol y otros campos de detención relacionados en Siria, entre ellos el Reino Unido, Australia, China, España, Francia, Suiza, Tayikistán, Turquía, Suecia y Malasia. Tras algunos retornos y repatriaciones, la población total del campo asciende ahora a unos 53.000 personas, de las cuales 11.000 son extranjeras, alojadas en una parte seccionada del campo llamada «El Anexo».
- Desde octubre de 2020, más de 1.300 familias sirias han abandonado el campo de Al-Hol para dirigirse a sus zonas de origen, pero las listas de espera son largas y el proceso para obtener el permiso de salida es muy complejo. En agosto de 2022, unas 3.000 personas iraquíes fueron repatriadas a Irak.
Lee nuestro reporte (en inglés): Entre dos fuegos: peligro y desesperación en el campo de Al-Hol en Siria.