Entre los heridos graves hay muchas mujeres y niños. MSF insta a todas las partes en conflicto a hacer todo lo posible para evitar bajas civiles y respetar las instalaciones médicas.
Los datos médicos recogidos durante los siete primeros meses del año en el hospital de MSF en el barrio de Dayniile, en las afueras de la ciudad, revelan un patrón alarmante: de 2.854 pacientes tratados por los equipos médicos de la organización en esta infraestructura sanitaria, el 48% sufrían heridas de guerra. En el hospital de 84 camas, el 64% de éstos heridos de guerra presentaban heridas graves por explosiones, lo que concuerda con el fuego continuo de morteros que sufren las zonas residenciales de Mogadiscio. Llama especialmente la atención que el 38% de las personas con heridas de guerra eran mujeres y niños menores de 14 años.
Mientras los combates continúan, siguen llegando civiles con heridas terribles al hospital Dayniile, dijo la doctora Naidu Uday Raj, coordinadora médica de MSF en Somalia. La gente llega al hospital con heridas graves por explosivos y armas de fuego, algunos con fracturas graves. Muchos necesitan cirugía. Las mujeres y los niños sufren especialmente el impacto de la violencia.
La más reciente demostración de cómo la violencia impregna la vida cotidiana de la población civil de Mogadiscio ocurrió el pasado 27 de julio, cuando 45 personas fueron llevadas al Hospital Dayniile tras los intensos bombardeos entre los grupos armados de la oposición y el Gobierno Federal de Transición y la fuerza de mantenimiento de la paz de la Unión Africana (AMISOM, por sus siglas en inglés). Más de la mitad de los pacientes, 26 personas, eran mujeres y niños menores de 14 años.
Lo más grave es que los datos médicos de 2010 no son aislados. Vienen a confirmar las cifras recogidas por MSF desde el inicio de su programa de atención quirúrgica en Dayniile en septiembre de 2007, lo que refleja el altísimo coste humano de este conflicto que no cesa. Hasta la fecha, 11.888 personas han sido tratadas en el Hospital Dayniile, de las cuales más del 50 por ciento sufrieron heridas de guerra.
MSF lleva a cabo proyectos en ocho regiones del sur de Somalia Central. Más de 1.300 trabajadores somalíes, apoyados por otros 100 basados en Nairobi (Kenya), proveen atención médica primaria, tratamiento de la desnutrición y la tuberculosis, cirugía, así como agua y provisiones de emergencia a la población desplazada. MSF no acepta donaciones económicas de ningún gobierno para sus proyectos en Somalia, prefiriendo fondos de socios privados alrededor del mundo.