Médicos Sin Fronteras (MSF) condena enérgicamente la destrucción de su hospital en la localidad de Pibor, en Sudán del Sur, que fue atacado intencionadamente para dejarlo fuera de servicio. A causa de ello, 100.000 personas que han huido a los bosques cercanos por el conflicto entre el ejército de Sudán del Sur (SPLA) y la guerrilla David YauYau, han quedado sin ningún tipo de atención médica.
Durante el fin de semana del 11 y 12 de mayo los alimentos terapéuticos y las camas del hospital fueron saqueados. Pero es peor el daño sistemático e intencionado a la infraestructura que necesitará un gran esfuerzo de reparación. Se produjo una destrucción deliberada de los suministros médicos, arrojándolos por el suelo, cortando las tiendas del almacén, saqueando las salas del hospital, e incluso cortando los cables y arrancándolo de las paredes, dice Richard Veerman, coordinador de MSF en Sudán del Sur.
El único hospital del condado de Pibor es el de MSF, ya que el más próximo se encuentra a 150 kilómetros. En el hospital de MSF se han tratado 3.000 pacientes durante los primeros tres meses del año. Más de 100 pacientes, incluyendo soldados del SPLA, fueron operados por heridas de bala.
La temporada de lluvias acaba de empezar y sabemos, por la experiencia de años anteriores, que algunas enfermedades como la malaria y otras infecciones respiratorias como la neumonía se cobrarán muchas vidas si no existe atención sanitaria dice Veerman. Ya en noviembre del pasado año, MSF documentó en su informe Sudán del Sur, una crisis olvidada las consecuencias devastadoras sobre la salud de una población que huye a los bosques y que carece de atención médica.
Es necesario que se restablezca el acceso a la atención médica y humanitaria en el condado de Pibor durante los próximos días o semanas. Resulta increíble que muchas de las 100.000 personas atemorizadas y vulnerables que se esconden en los humedales carezcan de cualquier tipo de atención médica durante los próximos seis meses, prosigue Veerman. Pero a menos que reanudemos las actividades médicas y tengamos libertad de movimiento para llegar adonde la gente necesita nuestra ayuda, el escenario increíble será la cruda realidad.
Esta es la sexta ocasión en la que una estructura sanitaria de MSF ha sido devastada y saqueada en el estado de Jonglei durante los dos últimos años. Más recientemente, el 19 de abril de este año, MSF tuvo que suspender sus actividades a causa de las amenazas y la intimidación a los pacientes y al personal. Después de tener ciertas garantías de que las actividades médico-humanitarias y el personal serían respetados, un equipo de MSF se estaba preparando para reanudar el trabajo de atención médica cuando sucedió el saqueo del hospital de Pibor.
MSF exige al gobierno de Sudán del Sur que asuma su responsabilidad en facilitar y respetar las actividades y estructuras médico-humanitarias. Así mismo MSF también reclama a todas las partes en conflicto en el estado de Jonglei que garantice que los equipos médicos puedan realizar sus actividades con libertad y sin restricciones para atender imparcialmente a cualquier persona que lo necesite en cualquier sector de las zonas en conflicto.
MSF trabaja en los condados de Akobo, Nyirol, Pibor y Uror, en el estado de Jonglei. Las actividades en el resto de las localidades, incluyendo la clínica de Gumuruk, en el condado de Pibor, continúan en funcionamiento, a excepción del hospital de la ciudad de Pibor, y la clínica en la aldea de Lekwongole, en el mismo condado de Pibor, que fue atacada en agosto del año pasado y donde la inseguridad y el enfrentamiento han imposibilitado el acceso de MSF.