Médicos Sin Fronteras se muestra profundamente preocupada por la imposibilidad persistente que sufren miles de personas desplazadas en todo el país para acceder a la asistencia sanitaria y humanitaria. MSF solicita a las partes en conflicto que garanticen el acceso inmediato a la población civil, especialmente en determinadas zonas afectadas Leer, Wau y las Ecuatorias.
Mientras que los equipos de MSF atienden a 60.000 pacientes al mes en todo el país, decenas de miles de personas que requieren asistencia médica desesperadamente se ven privadas de ella a causa de los combates. Así, el acceso fuera de la ciudad de Wau está bloqueado donde se estima que entre 35.000 y 50.000 personas desplazadas necesitan ayuda humanitaria.
En las últimas semanas, los enfrentamientos en torno Wau, Leer y a algunas áreas de las Ecuatorias (Central, Occidental, Oriental) han hecho que gran parte de la población tenga miedo de acudir en busca de ayuda. Además, el reciente recrudecimiento de los combates ha tenido como consecuencia que varias ONG hayan reducido personal y proyectos o que incluso hayan evacuado a sus equipos lo que se traduce en una disminución de los programas de ayuda para estas poblaciones.
Después de 35 años en Sudán del Sur, MSF ha observado un deterioro del respeto del Derecho Internacional Humanitario y la protección que esta ofrece a la población civil, las instalaciones médicas y a su libertad para operar sin trabas y sin ataques. Dos clínicas de MSF fueron destruidas durante los combates en la región del Gran Alto Nilo hace cuatro semanas; la violencia ha obligado a la población a huir y a quedarse sin clínica u hospital al que acudir.
Todas las partes en conflicto deben garantizar la libre circulación de los civiles y el acceso de las organizaciones humanitarias. Esto resulta especialmente crítico en un momento como el actual en el que el acceso a la atención sanitaria, alimento, agua y refugio es casi inexistente en algunas de las zonas más afectadas.
Decenas de miles de personas desplazadas en Wau, Leer y las Ecuatorias están sufriendo fuera del alcance tanto de MSF como de otras agencias humanitarias. El impacto de esta falta de atención se ve agravada por el aumento de la morbilidad, especialmente en el caso de la malaria con el inicio de la temporada de lluvias.
MSF cuenta con más de 3.000 trabajadores nacionales y más de 300 internacionales en Sudán del Sur. La organización médico-humanitaria está presente en todas las regiones del país donde gestiona 18 proyectos y facilita atención médica gratuita y de calidad.
Tras los recientes enfrentamientos en Juba, la capital, MSF ha facilitado atención médica esencial a la población desplazada. Entre otras actividades, MSF ha desplegado clínicas móviles, realizado intervenciones quirúrgicas a los heridos en los episodios de violencia, ha llevado a cabo una campaña de vacunación de cólera, ha abierto un centro de tratamiento de cólera en colaboración con el Ministerio de Salud y ha realizado distribuciones de agua.