«Durante mi misión con Médicos Sin Fronteras (MSF) aquí en Sudán del Sur, me he inspirado en nuestra partera, Beatrice Adongo.
Conocí la historia de Beatrice porque, además de ser una partera muy hábil, ¡también me hace trenzas en el pelo!
Durante estas sesiones de dos horas, compartimos algunos de los detalles de nuestras vidas.
La vida en Mundri
Beatrice ha estado trabajando en el proyecto Mundri desde marzo de 2018.
Cuando llegó la primavera pasada, la sala de maternidad apenas funcionaba. La inseguridad en el área significaba que solo unos pocos pacientes podían acercarse a la clínica de atención primaria.
El personal a menudo estaba ausente debido a que los pobladores tenían miedo de salir de sus casas. Los movimientos realizados por nuestros equipos para llegar a las personas fuera de la ubicación del proyecto, eran difíciles debido a la impredecible seguridad de los caminos.
Afortunadamente, Mundri se ha vuelto más pacífico en los últimos ocho meses. El mercado está prosperando, los juegos de fútbol han vuelto y la población camina de nuevo por la aldea.
A lo largo de los meses y a pesar de los obstáculos, Beatrice mantuvo su compromiso de mejorar la salud materna.
Desarrolló fuertes lazos con las parteras locales y con las parteras tradicionales, tanto del Ministerio de Salud como de MSF, para mejorar la atención de maternidad para las mujeres de la región de Mundri.
La sala de maternidad comenzó a ser más frecuentada cuando la comunidad comenzó a sentirse más segura. Se dieron cuenta de que una vez más, se disponía de atención de calidad.
Ahora, la mayoría de las mañanas, la clínica prenatal está llena de gente y las mujeres se sientan pacientemente afuera, en colchonetas, esperando su turno. En noviembre tuvimos 40 partos.
Un ambiente tranquilo y positivo
Muchos empleados de MSF tienen dificultades para compartir sus conocimientos y habilidades cuando se unen a un proyecto.
Beatrice maneja esto a través del ejemplo: técnicamente confiada, trabaja con sus colegas para lograr los mejores resultados y es empática con sus pacientes.
Acompaña gentil y serenamente a sus pacientes durante el parto y algunas veces les canta entre las contracciones. Todos sonreímos y reímos, incluidas las pacientes, y el ambiente de la sala de parto permanece tranquilo y positivo.
Cuando la carga de pacientes es menor, Beatrice ayuda a limpiar la sala de maternidad y los instrumentos en la cámara de esterilización.
Cuando las mujeres con complicaciones necesitan tratamiento adicional, son trasladadas en ambulancia a Lui, que se encuentra a unos cuarenta y cinco minutos en automóvil de Mundri. Esta vía de referencia funciona bien y se realiza en colaboración con el Ministerio de Salud.
Mientras tanto, las mujeres caminan varias horas desde las aldeas vecinas para llegar a nuestros equipos y a la maternidad del centro de atención primaria para buscar atención.
Este es un éxito enorme y un gran contraste con la situación al comienzo de la misión de Beatrice.
Antes de Mundri
Antes de llegar a Mundri, Beatrice trabajaba en el proyecto Lankien, en la región del Gran Nilo Superior de Sudán del Sur.
Se trató de una tarea extremadamente difícil, en un lugar remoto con brotes esporádicos de violencia. Ahí adquirió mucha y muy valiosa experiencia (aunque sigue consultando la Guía de obstetricia de MSF de forma regular para mejorar sus conocimientos).
Sin embargo, a Beatrice no le ha resultado nada fácil el largo viaje para poder estudiar y trabajar como partera.
En Lankien, Beatrice trabajó en el proyecto durante períodos de inseguridad y fue evacuada varias veces. Mientras estuvo en Mundri, Beatrice formó parte de un equipo móvil que fue emboscado y robado.
Durante su último año de estudios de partería, estuvo presente durante la terrible explosión de un tanque de combustible en Maridi. Beatrice y sus compañeros de tercer año fueron urgentemente llamados al hospital. Llegaron para enfrentar a cientos de personas que habían resultado quemadas, muchas de las cuales ya habían muerto. Estos pacientes eran hombres jóvenes de su comunidad que ellos conocían.
Con dedicación y trabajo arduo, estas parteras jóvenes trabajaron incansablemente durante semanas para atender a estos pacientes.
Estas experiencias han sido difíciles y le han pasado cuota, pero su espíritu positivo permanece.
¿Por qué Beatrice es tan respetada?
En resumen, porque le apasiona el cuidado materno y la partería.
Su deseo es que todas las mujeres tengan acceso a atención prenatal y postnatal integral, partos seguros y opciones de planificación familiar.
Si como yo, vives y trabajas con ella, a menudo la escucharás decir «Me encanta la maternidad» y «Me encanta cuando la sala está ocupada«, con una gran sonrisa en su rostro.
Beatrice nació en Sudán del Sur, donde aún permanecen muchos de los miembros de su familia, y pasó la mayor parte de su infancia en Kenia. Regresó a Sudán del Sur para estudiar partería en Maridi en 2012.
Ha trabajado con MSF desde 2015 y ha desarrollado una sólida reputación dentro de la comunidad de MSF en Sudán del Sur e internacionalmente. Nuestra actual partera, integrante del equipo internacional, escuchó sobre Beatrice cuando estaba en una reunión informativa en Londres.
Beatrice vive lejos de su familia y de sus hijos, y trabaja arduamente para ayudarlos. Los llama a menudo para mantenerse en contacto, y como su tukul (un tipo de cabaña redonda) está al lado del mío, la oigo riendo mientras les informa sobre su vida en Mundri.
Ella se mantiene fuerte y está disponible para trabajar, de día o de noche, para ayudar en la maternidad. Nuestro equipo se enriquece con su risa contagiosa y con su dedicación.
Estoy segura de que tendrá una larga y exitosa carrera como partera.»