En el marco de su intervención de emergencia en Chile, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han ampliado su distribución de material médico y bienes de primera necesidad como kits de higiene, lonas de plástico para refugios y mantas en diversas localidades de las regiones de Maule y Bío Bío, que se encuentran entre las más afectadas por el terremoto sufrido hace doce días. Además, un equipo de psicólogos se encuentra apoyando a las autoridades locales en la preparación del personal que ofrecerá atención de salud mental a los damnificados.
Los primeros días
Pierre Garrigou, de nacionalidad argentina, es logista de MSF y explica la situación que encontró en los primeros días después del seísmo: Hacia el interior, en las zonas alejadas de la costa, había gran cantidad de edificios destruidos, muchos escombros. Pero en la costa a los temblores se les sumó el maremoto, que verdaderamente devastó todo. En el primer caso, tu hogar queda aplastado, pero tal vez todavía puedes rescatar algo entre el derrumbe. En la región costera, a las casas directamente se las tragó el mar. Mucha gente perdió todas sus posesiones, se quedó sin techo, y estaba acampando precariamente con refugios improvisados. Ante esta situación una de las primeras prioridades de MSF ha sido la distribución de plásticos, cuerdas, mantas y bidones, junto a los kits de higiene para mejorar las condiciones de vida de los afectados.
En el pueblo había una desesperación total. No había agua ni luz y, cuando se hizo de día, vi que había muchísimas casas destruidas, relata Mariano Pérez, un maestro carpintero y albañil, sobre las primeras horas después del seísmo en Licantén, el pueblo en el que vive, en una zona entre montes y ríos hacia el norte de Talca. El techo había colapsado sobre la casa de Mariano, y su hijo había quedado atrapado en su habitación. Finalmente lograron salir y hoy, Mariano agradece no haber sufrido desgracias personales y que sólo haya tenido daños materiales. El forma parte del grupo del municipio que se encuentra recibiendo y ordenando en el centro de colecta, que funciona en el gimnasio del pueblo, las donaciones que se reciben. Sobre la ayuda dice: Todo lo que llega, desde Chile y desde fuera del país, hace que uno no se sienta solo, sino que se sienta respaldado.
Muchas personas traumatizadas
Como consecuencia de las pérdidas sufridas durante el terremoto y las fuertes réplicas que se sucedieron, las personas han quedado muy traumatizadas y cada nuevo temblor genera más tensión y temor en la población. Al momento de una de las réplicas, estábamos con una señora y sus cuatro niños. Comenzó a llorar e intenté tranquilizarla y reconfortarla, pero no quería que nos fuésemos. Temblaban sus piernas, y no podía dejar de llorar. Debimos acompañarla durante un largo tiempo, explica Lina María Peña Peñaranda, psicóloga de MSF de origen colombiano.
Los niños se encuentran particularmente afectados por la situación. Bernardita Soto cuenta que su hijo de tres años vomita todas las noches, y ella misma tiene dificultades para dormir. Macarena Huerta es maestra de guardería en Licantén. Allí se ha preparado una guardería en un prado cerrado con vallas, para que los niños puedan permanecer en ese lugar sin tanto peligro. Macarena explica que los niños vienen muy estresados y asustados, y se ponen a llorar ante cualquier nuevo temblor. Pero, al mismo tiempo, ya están muy disciplinados y saben que ante cualquier réplica deben ubicarse en el centro del prado.
El equipo de psicólogos de MSF ha estado apoyando desde Talca al Ministerio de Salud de la región de Maule, colaborando en la capacitación de 128 voluntarios (psicólogos, asistentes sociales y estudiantes de medicina) que se estarán desplegando en la zona costera y ayudarán a los afectados a normalizar sus emociones. Además, han contribuido a capacitar a 45 coordinadores de estos equipos voluntarios en talleres de duelo y talleres dirigidos a niños.
Distribución de ayuda
Cada día, desde sus centros de operaciones en las cercanías de Talca y Concepción, el personal logístico, médico y psicológico de MSF se divide en equipos y, luego de cargar el material en camiones, se dirige a las zonas periféricas que requieren asistencia. Previamente, los trabajadores de MSF se entrevistan con los representantes de municipios y gobernaciones para determinar las necesidades.
En las áreas cercanas a la costa, los profesionales de MSF, además de hacer distribución directa de kits sanitarios a la población, han brindado atención psicológica y han realizado aproximadamente 50 consultas médicas a personas que se los solicitaban espontáneamente.
MSF ha realizado donaciones de material médico a más de 10 hospitales y puestos de salud.
Esta semana, MSF ha distribuido 2.000 kits de higiene en los pueblos donde se han identificado mayores necesidades, y se están preparando otras 3.000 unidades para entregar la semana próxima, junto con tres kits médicos para desastre que han arribado desde Colombia. En total, se beneficiarán más de 26.500 personas. Estos kits contienen elementos básicos como un cubo, jabón, pasta dentífrica, toallas, y aguja e hilo, entre otros.