Uno de nuestros convoyes, compuesto por 14 camiones, ingresó el 19 de febrero al noroeste de Siria, llegando desde Turquía a través del punto fronterizo de Hammam. Éste transportaba 1.296 tiendas de campaña destinadas a familias (de 5 o más integrantes) que quedaron sin hogar por los terremotos; y 1.296 kits de invierno para aislar las tiendas del frío. Está previsto que más convoyes de nuestra organización lleguen rápidamente para entregar equipamiento médico y no médico.
Pese a ello, advertimos que se necesita aumentar urgentemente el volumen de suministros para igualar la escala de la crisis humanitaria. En los diez días posteriores a los terremotos, el número de camiones que cruzaron la frontera hacia el noroeste de Siria fue inferior al promedio de 2022. Al estar presentes en la zona desde hace más de 10 años, nuestros equipos pudieron lanzar una respuesta de emergencia de inmediato.
“Vaciamos nuestras provisiones de emergencia en tres días: donamos cerca de 12 toneladas (4.000 metros cúbicos) de equipo quirúrgico, apósitos y medicamentos a los hospitales. Nuestros equipos brindaron apoyo a los centros de salud de la zona hasta que se agotaron”, explica Hakim Khaldi, jefe de nuestra misión en Siria. “Pero no vimos ninguna ayuda del exterior. La ayuda está llegando en cantidades insignificantes por el momento”.
La atención médica en Siria resulta insuficiente
Nuestros equipos identificaron enormes necesidades insatisfechas en términos de ayuda. El acceso a refugio y a condiciones de higiene dignas están lejos de ser garantizado, especialmente cuando las 180.000 personas recién desplazadas por el terremoto del 6 de febrero se suman a los dos millones de personas desplazadas por 12 años de guerra y que ya viven en condiciones precarias.
Actualmente, estamos brindando asistencia médica y humanitaria a las personas que viven en cinco centros de recepción en el norte de Idlib, y un equipo móvil les provee atención médica y realiza distribuciones de tiendas de campaña, agua, pan, mantas, colchones y extintores.
Se planea que la próxima semana se inicien las actividades encaminadas a garantizar la continuidad del acceso a la atención médica, tanto para las víctimas del terremoto como para la población en general.
La ayuda humanitaria brindada a la región a través del mecanismo transfronterizo aún no ha alcanzado su volumen promedio previo a los terremotos. Según datos de la ONU, 5 días después del primer terremoto, solo 10 camiones habían entrado en Siria a través de Bab al-Hawa, un paso fronterizo coordinado por la ONU para la entrada de ayuda humanitaria desde la vecina Turquía.
Al 17 de febrero, un total de 178 camiones cargados con ayuda proporcionada por seis agencias de la ONU habían cruzado hacia el noroeste de Siria a través de Bab Al-Hawa y Bab Al-Salama desde los terremotos, hace 11 días. En 2022, 7.566 camiones cargados con ayuda cruzaron desde Turquía hacia el noroeste de Siria, lo que representa un promedio de 227 camiones durante el mismo periodo de 11 días.
Además, parte de los 178 camiones que llegaron al noroeste de Siria no formaban parte de la respuesta al terremoto, sino que eran entregas ya planificadas. Aunque consideremos 3 días de cierre en la frontera, el volumen actual de camiones apenas iguala la respuesta humanitaria antes del desastre.
La alarmante necesidad de incrementar la ayuda humanitaria tras los terremotos
El cruce fronterizo de nuestro convoy fue posible gracias al apoyo de Al Ameen, una ONG siria asociada con nuestra organización. La entrega se organizó fuera del mecanismo humanitario transfronterizo de las Naciones Unidas coordinado por la OMS, que no cubre el equipo logístico.
Desde nuestro lugar, pedimos que se aumente inmediatamente la asistencia a las personas afectadas por los terremotos en el noroeste de Siria, con el fin de abordar las nuevas necesidades humanitarias que se suman a las que ya prevalecen en la zona.
En particular, se debe priorizar el suministro de refugios y equipos de agua y saneamiento, así como los insumos médicos necesarios para el cuidado postoperatorio. Asimismo, resulta fundamental mantener la continuidad de la atención médica, entre otros elementos que se necesitan con urgencia, con el fin de paliar las terribles circunstancias que atraviesan a los grupos humanos afectados por los terremotos de la región.
Nuestra asistencia en Turquía
Nuestra organización no contaba con proyectos en Turquía, por lo que nos encontramos estableciendo acuerdos con varias ONG y grupos de la sociedad civil local para proporcionar asistencia. A través de estas colaboraciones, ya hemos empezado hacer donaciones de artículos esenciales, estamos apoyando el transporte de clínicas móviles en la periferia de Adiyaman y la generación de energía en dos campos de desplazados.
«Pronto vamos también a empezar a dar apoyo en salud mental, algo crucial dado el sufrimiento experimentado por la gente, y a habilitar farmacias y puntos de ayuda móviles. Esperamos poder hacer mucho más y aportar nuestra experiencia en situaciones de emergencia. Es importante tener flexibilidad en esta intervención ante la magnitud del desastre y una situación que cambia rápidamente», afirma Ricardo Martínez, coordinador logístico de nuestra organización en Turquía.