La retirada de fondos de los países donantes para la lucha contra el VIH/sida ha puesto contra las cuerdas al Fondo Mundial de Lucha Contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, que se enfrenta a la peor situación presupuestaria desde su creación hace 10 años y se ha visto obligado a cancelar su undécima ronda de financiación, un hecho sin precedentes.
La Junta Directiva del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, reunida en Accra (Ghana), la semana pasada decidió establecer un mecanismo transitorio de financiación, en virtud del cual los países que vayan a ver interrumpidos de aquí a 2013 sus programas de VIH/sida, malaria y tuberculosis por falta de fondos puedan solicitar una financiación especial para las necesidades más urgentes. En el caso del sida, estos fondos pueden cubrir la compra de medicamentos para pacientes ya en tratamiento, pero no cubrirán la incorporación de nuevos pacientes. También habrá restricciones para el tratamiento de las formas resistentes de la tuberculosis.
Esta dramática escasez de recursos se produce justo cuando los últimos estudios científicos han confirmado que el tratamiento del VIH no sólo salva vidas sino que previene nuevas infecciones. Médicos Sin Fronteras (MSF) apela al Fondo Mundial y a los donantes internacionales a mantener su compromiso, así como a establecer nuevas oportunidades de financiación.
Durante más de una década tratando a personas con VIH/sida, nunca habíamos estado en un momento tan prometedor como este para cambiar el rumbo de la epidemia, apunta el Dr. Tido von Schoen-Angerer, director de la Campaña de Acceso a Medicamentos Esenciales (CAME) de MSF. Los gobiernos de los países más duramente afectados desean actuar en base a los avances científicos, aprovechar el momento y revertir la epidemia. Pero esto no significa nada si no hay dinero para llevarlo a cabo.
El mejor momento científico
Este año, una investigación de gran relevancia demostró que una persona que comienza el tratamiento precoz del VIH tiene un 96% menos de probabilidades de transmitir el virus a otras personas. Este año además se han alcanzado mayores compromisos políticos.
Los gobiernos comprometidos desde el pasado junio con la ampliación del tratamiento a 15 millones de personas para 2015 a través del Fondo Mundial se mostraron dispuestos a respaldar financieramente este objetivo. Estados Unidos recientemente anunció su objetivo de cambiar el curso del sida, una declaración inimaginable hasta la fecha en el ámbito de la política oficial norteamericana.
En varios países donde trabaja MSF, como Malaui, Zambia, Kenia y Suráfrica, los gobiernos están tratando de implementar ambiciosos planes nacionales de tratamiento del VIH con la incorporación de componentes de acceso acelerado al tratamiento, como iniciar la medicación antirretroviral inmediata para personas en una fase precoz de la enfermedad, para personas VIH-positivas con parejas que VIH-negativas, y el comienzo inmediato del tratamiento de por vida en mujeres seropositivas embarazadas.
Ahora, con la ampliación del tratamiento cada vez más amenazada, MSF insta por igual a los gobiernos donantes y a los afectados para que garanticen que este plan de extender los beneficios de la ampliación del tratamiento se haga realidad. Es preocupante que la retirada de apoyos financieros al Fondo Mundial pueda frenar los avances logrados durante esta última década: nos arriesgamos a perder la oportunidad de evitar que la infección se extienda y que la lucha contra el sida sufra un retroceso real.
El peor momento financiero
El déficit en el presupuesto del Fondo Mundial para este año y el próximo supone que las ambiciosas propuestas de los países para salvar más vidas y reducir en gran medida las nuevas infecciones no podrán financiarse. MSF es testigo de la grave amenaza de reducción que planea sobre los programas nacionales de tratamiento del VIH en países como Zimbabue, Mozambique y República Democrática del Congo.
Camerún y Zimbabue, por ejemplo, se enfrentarán en breve a problemas presupuestarios para respaldar a los pacientes ya en tratamiento. En RDC ya se está limitando la incorporación de nuevos pacientes a la terapia. En Mozambique y otros países, la falta de financiación ha impedido que se implementen las estrategias de tratamiento precoz y con mejores medicamentos, en línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y más países tendrán que aplazar sus planes, como Malaui, que pretende actuar en esta misma línea para proporcionar tratamiento precoz y de por vida a todas las mujeres embarazadas con VIH. Otros, como Kenia, Lesoto y Suráfrica ya habían sido descartados por el Fondo Mundial para la undécima ronda de financiación debido a la falta de recursos, cuando estos países han alcanzado ya unas tasas de cobertura del tratamiento del 52%, el 66% y el 49%, respectivamente.
Es extremadamente incongruente que la ciencia y el compromiso político sean tan claros en lo que hay que hacer y sin embargo no se aporten los fondos necesarios, apunta Von Schoen-Angerer. Los donantes están dando la espalda a los pacientes con VIH/sida precisamente cuando teníamos que pisar el acelerador y llevar el tratamiento a más personas. Todos los gobiernos tienen que hacer un esfuerzo, pero especialmente aquellos con mayor capacidad económica y de liderazgo tienen que dar un paso al frente y respaldar financieramente al Fondo Mundial.
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MSF comenzó a atender a pacientes con VIH/sida en 2000 y actualmente da tratamiento a 170.000 personas en 19 países. De acuerdo con las nuevas evidencias científicas, MSF acaba de poner en marcha un proyecto piloto en la provincia de KwaZulu Natal, donde existe la tasa más alta de infección de Suráfrica, con el objetivo de reducirla en toda la comunidad mediante el diagnóstico y el acceso acelerado al tratamiento, junto a la prevención convencional.