Anunciamos la reanudación de nuestras actividades de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central para salvar las vidas de los refugiados y migrantes que emprenden la fatídica travesía marítima desde Libia.
Desde 2015, nuestros equipos médicos que trabajan en los barcos de búsqueda y rescate han asistido con horror a la tragedia humana que se vive a las puertas de Europa, con miles de personas ahogadas en el mar o devueltas por la fuerza a las espantosas condiciones de Libia. En esta ocasión, alquilaremos nuestro propio barco —el Geo Barents— para rescatar a las personas en peligro y dar atención médica de urgencia.
“Nuestro retorno al mar es consecuencia directa de las imprudentes políticas europeas de no asistencia en el mar, que están condenando a la gente a morir”, señala el presidente de MSF España, David Noguera.
En lo que va de año, más de 500 personas han muerto al intentar cruzar el Mediterráneo central. El 22 de abril hubo otro trágico naufragio que se cobró la vida de al menos 130 personas. Las que no mueren en el mar corren el riesgo de ser interceptadas frente a las costas de Libia por la guardia costera —que tiene el respaldo de la Unión Europea (UE) — y ser devueltas por la fuerza a Libia. La mayoría terminan siendo transferidas arbitrariamente a peligrosos centros de detención, donde quedan expuestas a riesgos que amenazan su vida, como malos tratos, violencia sexual, explotación e incluso la muerte.
«A lo largo de los años, los gobiernos europeos se han desentendido progresivamente de la búsqueda y el rescate proactivos en el Mediterráneo central, no han prestado asistencia a las personas en peligro y han obstaculizado deliberadamente —e incluso criminalizado— la tan necesaria labor de las ONG de búsqueda y rescate», denuncia David Noguera. «Estas políticas han abandonado a miles de hombres, mujeres y menores a la deriva en el mar, y los han condenado a morir ahogados en la frontera sur de Europa».
Pedimos a la UE que ponga fin a su apoyo a la guardia costera libia y a la devolución forzosa de personas a Libia. «No guardaremos silencio ante esta catástrofe de origen humano», explica David Noguera. «El apoyo de la UE al negocio del sufrimiento debe cesar inmediatamente. Los Estados miembros de la UE deben garantizar la reanudación urgente de un mecanismo proactivo de búsqueda y rescate liderado por las autoridades en el Mediterráneo central».
Durante los últimos 50 años, hemos prestado ayuda humanitaria y médica de emergencia a personas en algunas de las crisis más graves del mundo. En la actualidad, volvemos al mar para cumplir con el imperativo humanitario de salvar vidas.
Hasta el 13 de mayo, cerca de 13.000 personas han llegado a las costas italianas; al menos 555 personas murieron o desaparecieron mientras intentaban el peligroso viaje a través del Mediterráneo central. En ese mismo periodo, más de 7.000 personas refugiadas y migrantes fueron interceptadas y devueltas por la fuerza a Libia a manos de la guardia costera libia, que recibe el apoyo de la UE.