«Llegué a la luz al final del túnel», dice Fatima*. «No quería seguir viviendo. Pero aquí estoy, vivo y agradecido«, nos cuenta Abdul Karim.
Estas palabras de Fatima y Abdul Karim resumen el largo proceso de recuperación que emprendieron mientras recibían tratamiento y apoyo para su salud mental. Ambos siguen con su tratamiento en nuestra clínica de salud mental en el hospital Al-Gomhouri de la ciudad de Hajjah, en el noroeste de Yemen.
Abdul Karim, de 48 años, es padre de cuatro hijos. Perdió su capacidad para trabajar y mantener a su familia y se aisló tras vivir un suceso traumático. Empezó a sufrir miedo y ansiedad, en una medida extrema.
«Empecé a dudar a todas las personas a mi alrededor. No confiaba en nadie. Para mí, todos eran mis enemigos. No quería estar cerca de nadie y dormía muchas horas», afirma. «Estaba perdido y sentía que la vida ya no valía la pena».
Los hijos y la esposa de Abdul Karim fueron quienes le ayudaron a poner fin a su sufrimiento. Su mujer lo convenció para que buscara algún tratamiento. Solía viajar más de cien kilómetros desde Hajjah para ver a un médico en Saná, ya que en Hajjah y sus alrededores no había servicios de salud mental.
«El psiquiatra me recetó un tratamiento, y solía ir a verlo una vez al año. El tratamiento y el transporte eran caros, y no podía pagarlos regularmente», dice Abdul Karim. «Cuando me enteré de que MSF ofrecía atención de salud mental en Hajjah, empecé a visitar la clínica cada mes y he estado yendo durante los últimos dos años«.
¿Qué estamos haciendo por la salud mental en Yemen?
Ofrecemos un programa integral de salud mental en una clínica del hospital Al-Gomhouri de la ciudad de Hajjah, en colaboración con el Ministerio de Salud. El programa incluye atención psicológica, tratamiento psiquiátrico de trastornos mentales graves y sesiones grupales de psicoeducación.
«Recibimos pacientes que sufren diversos trastornos de salud mental, con síntomas que van de leves a graves, como ansiedad, episodios depresivos, trastorno de estrés postraumático y problemas de conducta, y les proporcionamos atención psicosocial», explica Aura Ramírez, nuestra responsable de actividades de salud mental. «Sin embargo, la mayoría de los pacientes llegan con afecciones graves, como depresión grave, psicosis y trastorno bipolar, que requieren tratamiento psiquiátrico además de atención psicológica. Estos pacientes representan entre el 70 % y el 80 % del total».
Fatima, de 33 años y madre de cinco hijos, sufría graves alucinaciones y oía voces constantemente que la hacían llorar, gritar y actuar de forma violenta con sus hijos. A veces, ni siquiera los reconocía. Fatima se divorció debido a su estado de salud mental y se fue de la casa de su marido en Saná a la de sus padres en Hajjah. Sus hermanos y hermanas la llevaron a una clínica para que recibiera tratamiento, pero la clínica cerró al cabo de un tiempo. Esto fue antes de enterarse de que había una clínica nuestra en Hajjah.
«No podía ser una madre para mis hijos, una hija para mis padres ni una hermana para mis hermanos y hermanas», dice Fatima. «Yo era un caso perdido. Nadie me aceptaba. La mayor parte del tiempo me quedaba sentada en la oscuridad, y era un verdadero dolor de cabeza para mi familia. Convertía su alegría en tristeza en cualquier ocasión».
La mayoría de las personas con problemas de salud mental en Yemen suelen buscar apoyo y tratamiento en una fase tardía, cuando sus síntomas ya afectan a su vida y a la de sus familias. Esto se debe a muchos factores.
«Muchos pacientes no reconocen los primeros síntomas y solamente se dan cuenta de ellos en una fase posterior. Esto se debe en gran medida a la falta de concienciación sobre los trastornos mentales y la importancia del tratamiento», explica Muaadh Abdul-Ghani Al-Samawi, supervisor de la clínica de salud mental de Hajjah. «Hay gente que asocia los problemas mentales con los espíritus y las brujas y recurren a otros medios más tradicionales antes de buscar apoyo en la clínica. Vincular las enfermedades mentales con la locura y la estigmatización es otro obstáculo para que los pacientes y sus familiares a busquen ayuda», afirma.
La clínica de salud mental de Hajjah recibe unos 400 pacientes al mes; de este total, entre 50 y 90 son nuevos. Los hombres representan alrededor del 70 % de los pacientes que recibimos en la clínica, lo cual refleja las dificultades que tienen las mujeres para acceder a los servicios de salud mental, algunas de las cuales podrían estar relacionadas con las restricciones sociales y familiares. Las mujeres necesitan el apoyo de sus maridos o familiares para recibir el tratamiento. Como respuesta a esta situación, nuestros equipos trabajan para concienciar y destacar la importancia de la atención a la salud mental en las comunidades, impartiendo sesiones educativas periódicas en varios departamentos del hospital Al-Gomhouri para los pacientes, sus familiares y visitantes.
«Los largos años de guerra, que han provocado la destrucción de hogares, la pérdida de vidas, el desplazamiento de miles de personas y el deterioro de las condiciones económicas y de vida han hecho mella en la salud mental de la población yemení. Muchas personas han perdido a sus seres queridos o su trabajo y no pueden acceder a los servicios básicos», sostiene Muaadh.
«La gente también sufre por problemas familiares y traumas. El conflicto y la falta de acceso a los servicios de salud mental también afecta de forma significativa a los pacientes que ya sufrían trastornos mentales crónicos antes del inicio de la guerra», afirma.
En vista de la gran necesidad de servicios de salud mental y de la falta de psiquiatras en Yemen y en la gobernación de Hajjah, estamos poniendo en práctica el «Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental» («mhGAP», por sus siglas en inglés), a través de su clínica en Hajjah. Este programa, lanzado por la Organización Mundial de la Salud, pretende aumentar la capacidad del sistema sanitario para proporcionar una atención integral en materia de salud mental.
Nuestro programa
«Como parte del mhGAP, formamos a los médicos de cabecera en el diagnóstico, la atención psicosocial y la prescripción de medicamentos para algunos pacientes con trastornos mentales bajo la supervisión de un psiquiatra, con lo que facilitamos el acceso a los servicios de salud mental para las personas que lo necesitan», dice Aura.
Actualmente, Fatima está recibiendo tanto apoyo psicológico como tratamiento médico proporcionado por un psicólogo clínico y un médico del MHGAP. También participa en las sesiones grupales para mujeres organizadas en el Centro de Atención Diurna que pusimos en marcha en abril de 2022.
Este Centro ofrece atención psicológica y un programa de rehabilitación para pacientes con enfermedades mentales crónicas que han logrado la estabilidad gracias a su compromiso con el tratamiento. Les permite mejorar sus interacciones sociales y aumentar su funcionalidad. El programa ofrece sesiones terapéuticas, recreativas y psicoeducativas para reestablecer las capacidades de los pacientes de modo que se puedan reintegrar en la sociedad. También les ayuda a recuperar algunas de sus habilidades, como el cuidado personal y la comunicación, sobre todo porque la mayoría de ellos ya no son capaces de realizar tareas cotidianas sencillas. Mientras se encuentran en el centro, se anima a los pacientes a establecer una rutina, a crear una estructura diaria y a adoptar algunas normas básicas de comportamiento que les ayuden a adaptarse a un marco social.
«Estas sesiones me proporcionaron información y me ayudaron a confiar en mí misma. Me convertí en una mujer independiente después de haber dependido de otros durante tanto tiempo. He recuperado la confianza en mí misma y ahora soy capaz de llevar a cabo mis actividades cotidianas. Rezo, leo el Corán y hago ejercicio. También ayudo a mi madre y a mis hermanas en las tareas domésticas y cuido de mis hijos», dice Fatima.
«Para mí, este es mi segundo hogar. Estas personas son mi familia», afirma Abdel Karim, que participa en las sesiones grupales para hombres en el centro de atención. «Me cambió la vida. Ya no soy la persona que era hace unos años. He recuperado mi trabajo y mi vida ha vuelto a su cauce. Después de haberme aislado durante tanto tiempo, empecé a dar paseos y a visitar a mis amigos y familiares. Asisto a estas sesiones tres veces por semana. Mi historia es la prueba viviente de que aún hay esperanzas».
Aunque los pacientes de salud mental y sus familiares nunca pierden la esperanza de llevar una vida normal, la falta de servicios de salud mental en la mayoría de las ciudades y pueblos de Yemen priva a muchos pacientes de la oportunidad de recibir tratamiento, lo cual agrava sus condiciones de salud mental. Esto puede atribuirse al colapso del sistema sanitario y a la falta de apoyo para los programas de salud mental en los niveles de atención primaria de salud.
«Recibimos pacientes de varios distritos de los alrededores de la ciudad de Hajjah, ya que nuestro centro y el departamento de salud mental gestionado por MSF en el hospital general de Abs son los únicos servicios de salud mental disponibles en la gobernación de Hajjah», comenta Muaadh.
«A pesar de que nuestros servicios son gratuitos, la distancia y la necesidad de pagar el transporte afectan a la capacidad de los pacientes para acudir a las citas y, en consecuencia, al tratamiento. Muchos pacientes dejan de acudir durante meses hasta que ahorran dinero para pagar el transporte, y esto repercute en las posibilidades de mejora. Actualmente, estamos estudiando la forma de facilitar el acceso a los servicios de salud mental para las personas que lo necesiten mediante consultas telefónicas», afirma.
Por su parte, Aura destaca los logros alcanzados por el equipo a pesar de los grandes retos: «El 80 % de nuestros nuevos pacientes se enteran de nuestras actividades y vienen a nuestra clínica en busca de tratamiento por recomendación de alguno de nuestros pacientes o de un integrante de la familia de alguno de los pacientes. Esto es muy gratificante para nosotros, ya que revela una apreciación de la calidad de la atención que ofrecemos en nuestra clínica«.
«Me gustaría dirigirme a las personas que están pasando por lo mismo y decirles que vuelvan a abrirse camino en la vida, que hablen de sus sentimientos, que busquen tratamiento y apoyo psicológico y que se comprometan con él. Las vidas de ustedes volverán pronto a su cauce, como lo hizo la mía», afirma Abdul Karim.
*Se cambió el nombre por motivos de privacidad. Abdul Karim prefirió utilizar su nombre real.