Mientras que los brotes de difteria y cólera han sido el centro de atención durante los últimos meses, la malaria sigue afectando a miles de yemenís, sobre todo en las áreas más vulnerables como el valle de Osman, en la gobernación de Amran, en el noroeste del país.
Durante octubre y noviembre de 2017, nuestros equipos en la zona llevaron a cabo una intervención para atender a los pacientes e implementar medidas de prevención.
“La malaria es endémica en algunas áreas de Yemen, como en los valles de la gobernación de Amran. La mayoría de las muertes causadas por la enfermedad se deben a la falta de un diagnóstico y tratamiento oportuno, causada por el precario acceso a la atención médica y a la escasez de medidas preventivas”, explica Caroline Seguin, nuestra coordinadora de proyecto en Yemen.
En años anteriores, el Ministerio de Salud Pública y Población de Yemen (MoPHP) respondió ante el incremento de casos de malaria proporcionando tratamiento (abastecimiento de medicamentos a los centros de salud) y realizando actividades de control vectorial (distribuciones de mosquiteros y rociando insecticidas). Sin embargo, debido al conflicto y al colapso del sistema sanitario, el MoPHP no puede mantener el mismo nivel de respuesta. Ahora, la situación se está deteriorando.
En 2017, solamente nuestra organización atendió a más de 10.000 pacientes de malaria. De las 3225 consultas que realizamos el otoño pasado, 654 (más del 20%) dieron positivo de malaria. Nuestra intervención se realizó en tres diferentes etapas: distribución de mosquiteras, suministro de medicamentos esenciales y capacitación y, por último, diagnóstico y tratamiento de casos.
En el marco de esta intervención, también organizamos una campaña de diagnóstico de la desnutrición en niños menores de cinco años y en mujeres embarazadas y lactantes. Examinamos a más de 1200 niños y los resultados revelaron tasas elevadas de desnutrición severa y moderada (un 7,5% y un 40%, respectivamente).
“A pesar de que estas tasas son alarmantes, no pueden considerarse una muestra representativa del estado nutricional de todos los niños en la región, ya que todos los menores examinados estaban enfermos. Aun así, reflejan una preocupante situación nutricional subyacente en la región,” confirma Seguin.