Otro año más, Sudán del Sur se prepara para lidiar con una nueva estación de lluvias que suele ir de junio a octubre.
Si bien las lluvias de este año aún no han llegado, las previsiones estacionales y las proyecciones sobre el cambio climático apuntan a que se avecinan tiempos difíciles.
En mayo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) predijo que las recientes lluvias torrenciales en la cuenca del lago Victoria, unidas al fenómeno de El Niño previsto para finales de este año, causarán graves inundaciones en partes de Sudán del Sur en los próximos meses.
Inundaciones en Sudán del Sur, una histórica pesadilla
Las inundaciones han sido una pesadilla para Sudán del Sur durante mucho tiempo. En los últimos cuatro años, se han producido las peores inundaciones de la historia de esta joven nación, agravadas por el cambio climático.
Durante la estación de lluvias, las aguas arrasaron pueblos enteros, destruyeron cosechas, ahogaron ganado y causaron grandes daños a las infraestructuras, además de obligar a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares.
El año pasado, una gran parte de Sudán del Sur quedó cubierta de agua, y en algunos lugares, las aguas aún no han retrocedido. En Bentiu, estado de Unidad, el campo de personas desplazadas es, en realidad, una isla protegida por diques, mientras que algunos pueblos de Old Fangak, estado de Jonglei, siguen bajo el agua.
Estación de lluvias en Sudán del Sur, un foco de nuevas enfermedades
Para la población local, las inundaciones son catastróficas, ya que le impiden acceder a los alimentos y a menudo la aíslan en pequeñas zonas superpobladas y desprovistas de infraestructura.
Vivir a la intemperie, sin mosquiteras y rodeados del agua estancada donde se crían los mosquitos, aumenta drásticamente el riesgo de contraer malaria, que ya es la principal causa de muerte en Sudán del Sur.
Las inundaciones contaminan las fuentes de agua, aumentando así el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y la diarrea acuosa aguda, mientras que las condiciones de hacinamiento facilitan la propagación de enfermedades infecciosas.
Comunidades enteras quedan sin acceso a la atención médica, lo que pone en peligro muchas vidas.
Las inundaciones entorpecen el acceso a la atención médica
Llegar hasta las personas necesitadas es cada vez más difícil, ya que las inundaciones arrasan o cubren carreteras, puentes y pistas de aterrizaje. Para paliar esta situación, utilizamos canoas para ayudar a transportar a las personas enfermas y mujeres embarazadas durante esta época del año.
En este contexto, ayudamos a las comunidades a prepararse para la estación de lluvias, garantizando al mismo tiempo su acceso a la atención médica.
«Cuando la gente se enferma aquí, no tenemos medios para transportarlas a un lugar como Malakal, salvo en barco», dice Angau Biech, jefe de la aldea de Aree, en el condado de Akoka.
«Antes teníamos que alquilar barcas para ello, pero ahora nos será más fácil transportar a la gente a través del río hasta Kodok. Desde allí, MSF vendrá a por ellas».
Asimismo, hemos estado distribuyendo suministros médicos en diversas localidades de todo el país, incluidos nuestros proyectos en el estado del Alto Nilo, centrándonos en las zonas más vulnerables.
Sumado a ello, nuestros equipos están asegurándose de que los medicamentos y suministros para tratar la malaria, las enfermedades transmitidas por el agua y las enfermedades infecciosas estén almacenados de forma segura y fácilmente disponibles.
Nuestro personal médico espera poder contener cualquier brote futuro en una fase temprana y evitar que se propague.
Además, para ayudar a las comunidades a proporcionar la primera línea de atención en situaciones de emergencia, nuestros equipos están formando a miembros clave de comunidades remotas en habilidades médicas, desde primeros auxilios básicos hasta atención avanzada, pasando por el apoyo a mujeres embarazadas durante el parto y la asistencia en partos.
«El parto no es un proceso que pueda ralentizarse una vez que empieza, pero, en estas zonas, el centro de salud más cercano suele estar a varias horas de distancia, y mucho más en épocas de lluvias torrenciales e inundaciones», explica Dinatu, responsable de nuestras actividades de matronas en Malakal.
«Estamos formando a parteras tradicionales de las aldeas para que adquieran habilidades adicionales a fin de apoyar a las futuras madres mientras las llevan corriendo al centro de salud más cercano».
© Paul Odongo/MSF.
Inundaciones en Sudán del Sur: un reto para las autoridades locales
Dada la magnitud de las inundaciones de los últimos cuatro años, parece que las inundaciones graves son una nueva realidad para Sudán del Sur.
Abordar los múltiples y complejos retos que esto plantea exigirá esfuerzos concertados por parte de las autoridades, los donantes y la comunidad humanitaria, tanto para garantizar que la población tenga acceso a la atención médica como para prever y abordar las consecuencias futuras del cambio climático en la región.